El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) continúa con la vigilancia de la manga de langostas, que realizó en los últimos días desplazamientos cortos, entre los departamentos Curuzú Cuatiá y Esquina, de Corrientes, debido a las bajas temperaturas.
El fin de semana el equipo del SENASA detectó la plaga en cercanías de Zarza Rincón, mientras se desplazaba en sentido oeste. Se trabaja en una zona compleja debido a la poca accesibilidad, lo que dificulta las tareas de seguimiento.
Asimismo, siguen los trabajos de sensibilización y vigilancia en la provincia de Entre Ríos. El organismo continuará los trabajos de monitoreo y vigilancia a fin de detectar la plaga y poder implementar controles que disminuyan los niveles poblacionales. En este contexto, solicitaron a los vecinos y productores de Curuzú Cuatiá, Sauce y Esquina que den aviso en caso de detección de la plaga.
Cabe recordar que el SENASA está analizando la información junto a la Dirección de Producción Vegetal de la provincia de Corrientes, a fin de evaluar si están dadas todas las condiciones para poder realizar los tratamientos fitosanitarios, para continuar reduciendo la población de la manga.
A mediados de la semana pasada, un equipo de langosteros la ubicó en Estancia Che Mbaé, en el Departamento de Curuzú Cuatiá. Desde el ente confían en el control de la plaga, que puede provocar importantes daños socio-económicos pero no afecta a la salud humana o animal.
“Ha tomado mucha relevancia el avance de la plaga recientemente hacia zonas donde no estaba en los últimos años, como Corrientes”, dijo Héctor Medina, coordinador del Programa Nacional de Langostas y Tucuras del organismo, en la charla “Langostas: Una plaga con mucha historia”.
En ese sentido, Medina recordó que “el primer registro que existe de la plaga es de 1538, cuando provocó daños en cultivos de mandioca en la provincia de Buenos Aires; en 1812, durante la batalla de Tucumán, contribuyó a que el ejercito liderado por Belgrano venciera al español, y hasta 1954 causara estragos en forma recurrente”.
Después de ese año, entró en un estado de recesión con pequeñas explosiones regionales hasta 2015, cuando resurgió con fuerza en la Argentina, se extendió en 2016, avanzó a Bolivia en enero de 2017, pasó a Paraguay en febrero de ese mismo año, volvió a la Argentina y repitió este circuito en 2018 y 2019, en forma cíclica.
“Este año tenemos una nueva invasión pero la novedad es que avanzó al este del país, algo que no ocurría desde hace mucho tiempo, después de 73 años llegó a Corrientes, tras desplazarse más de mil kilómetros en un mes y cruzar el Paraná”, detalló el especialista.
Al ingresar a Corrientes, se encendió la alarma en los países vecinos, Brasil y Uruguay, indicó Medina, quien consideró “difícil saber hacia dónde va la plaga, si va a ingresar a Brasil, Uruguay o Entre Ríos”, aunque recalcó que “si llegara a pasar no sería nuevo, en 1930 y 1940 era muy común que eso ocurriera”.
En ese sentido, el especialista – en el marco de una charla que forma parte del ciclo de seminarios virtuales organizado por el SENASA con el acompañamiento del IICA en la Argentina, dijo que “esta plaga -la de mayor impacto en el sector agropecuario- en el pasado llegó hasta la Patagonia argentina, y de allí pasó a Chile”.
Para evitar que se transforme en una plaga y cause daños socioeconómicos en el sector productivo, Medina hizo hincapié en el manejo preventivo, el monitoreo, la vigilancia, y el control temprano.
Por su parte, la entomóloga del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Paraná, Adriana Saluso, aclaró que “si bien esta langosta es la misma que ocasionó grandes daños en la década del ´40 y ´50 en la Argentina y por ese motivo quedó registrada como plaga agrícola, en su desplazamiento dentro del territorio argentino, prácticamente no hay reportes que esta langosta haya consumido cultivos intensivos, extensivos ni pasturas implantadas, sino que se está alimentando de vegetación espontanea, de monte y pastizales naturales.
De todas maneras se continúa el monitoreo para estar atentos en caso de que por exigencia energética de la propia manga comience a alimentarse de cultivos”, sentenció.
Se invita a los productores, municipios y organizaciones que estén en zona de riesgo que hagan la correspondiente denuncia frente a SENASA en caso de encontrar individuos de esta especie.