Humilde y solidario como lo considera su público. Porque alguien es exitoso no sólo por su arte y su música, sino por el don de persona, un mérito que se ganó el misionero Chango Spasiuk. En cuarentena junto a su familia en Buenos Aires, se conectó con su tierra colorada a través de FM de las Misiones 89.3, la radio de PRIMERA EDICIÓN.
En el programa “Aire de Sábado”, confió que la creatividad y la inspiración de muchos artistas fue el bálsamo para soportar los días de encierro. En el caso del Chango Spasiuk, aprovechó este momento para “ponerse al día”: “De golpe comencé a darme cuenta que había un montón de cosas descuidadas, materiales totalmente desorganizados” aseguró.
Así, los días de aislamiento van pasando con transmisiones en vivo por redes sociales como Instagram o Facebook ante la falta de festivales. Chango incluso se contactó con unos amigos ingenieros para armar un estudio. Sirvió no solamente para mejorar la calidad de su iniciativa social también para crear un nuevo material discográfico.
“Con toda esa tecnología que conseguí de micrófono, de software y de placas de sonido, lo organicé para empezar a grabar un disco, que un principio iba a ser un disco experimental tocando solo el acordeón, el piano y un poco de poesía y ahora adquirió una nueva dirección. De todas maneras sigo haciendo serenatas virtuales a toda la gente que me sigue durante estos años en las redes”, explicó.
Internet lo acercó a distintos puntos del planeta para reforzar sus creaciones. “Aislado desde mi casa pude estar conectado con mucha gente desde muchos lugares del mundo. Entonces empecé a conectarme con amigos artistas virtuales que admiro un montón y que me van acompañar a armar este disco”, relató Spasiuk.
Así, participarán artistas de Senegal, de Marruecos, de Los Ángeles, Noruega, China y Japón. El disco “ya está por la mitad y tiene un poco de poesía o cortos ensayos que me gustan y los estoy leyendo y grabando con mi voz, que es un proceso bastante experimental, que no se me hubiese ocurrido hacer en otras circunstancias y que ahora estoy en pleno viaje”, adelantó.
Misiones no estará ausente: “Hay dos invitados que son muy poderosos: uno es Juan Nuñez en el bandoneón y el otro Sergio Tarnoski con su verdulera”.
Mediante redes sociales, Chango anticipó un trabajo llamado “Hielo Azul Tierra Roja” que todavía no salió en Argentina, “solo en los países escandinavos; en Noruega y en Finlandia, pero antes de que termine el año el disco saldrá acá. Por lo menos en formato virtual, lo van a poder escuchar en todas las plataformas posibles. El disco tiene muchas sorpresas muy bellas, se retrasó el relanzamiento por esta situación tan particular”.
Compilado de partituras
Chango Spasiuk se puso como objetivo de la cuarentena confeccionar un Songbook: “se dice así cuando uno habla de un libro de canciones. Por ejemplo, si quieres sacar un tema determinado de The Beatles vas al Songbook en Internet y están las partituras originales, también cómo suenan los arreglos originales o una simplificación de la melodía, con una partitura mucho más compleja. Entonces mucha gente durante todos estos años, me preguntó si tengo la partitura de ‘Tristeza’, ‘Mi pueblo’, ‘Mi casa la soledad’ o de determinadas composiciones mías”.
“Me gustaría escribir este libro con 15 composiciones mías de las cuales considero importantes desde mi manera de ver la música de la región. Así que todo este momento del aislamiento fue un disparador de todos estos proyectos que, de no ser así, estarían postergados porque uno sale a la calle a trabajar y los fines de semana a tocar y ganarse la vida”, contó.
La pandemia
Chango habló sobre su preocupación por el país en esta época de pandemia. Así, sostuvo que le preocupa “la fragilidad de la situación económica de un montón de sectores, no solamente de los músicos, sino pienso en un montón de gente que no tiene capacidad de ahorro y ni siquiera dónde pedir ayuda, como para sobrellevar este momento”.
Se expresó “totalmente de acuerdo con las medidas que se tomaron, de preservar y de no hacer circular el contagio. A veces uno tiene que escuchar ridiculeces de gente que dice que es todo mentira o una puesta en escena, es como que si las fosas de Brasil fuesen una puesta en escena. Hacen falta dos dedos de frente para darse cuenta, para entender lo que está pasando pero, más allá de eso, me preocupa la fragilidad de un montón de gente y estoy pendiente y sigo las noticias, de cómo se acompaña eso”.
Al tiempo que insistió “después mi solidaridad con los músicos porque si hay una actividad que se va a reactivar por último, es la actividad de la música. Si bien, no me preocupa el futuro, pero sí es una parte que me lleva a pensar un poco. No me aflige porque esto pasará y quedará atrás” comentó.
Spasiuk contó algunas reflexiones sobre su vida. Admitió que se interpela sobre “el sentido y el control que puedo tener de las cosas, y si realmente puedo poner en valor las cosas más importantes. O si cuando esto pase, voy a volver a hacer las mismas cosas de siempre y voy a entrar en el olvido, como suele pasar que las cosas te golpean y después las tapamos con otras prioridades superficiales y seguimos para adelante”.
“Creo que después es responsabilidad de cada uno cómo aprovecha este momento para reflexionar y poner en valor algunos aspectos como la familia, esos lazos afectivos. Cuando hablo de familia me refiero a cualquier tipo, hablo de los vínculos que generan una fortaleza anímica y emocional a cada individuo, que le da la potencia de poder levantarse todos los días y hacer lo que nos toca a cada uno” consideró.
Al indagar si cree que la pandemia va a sacar mejores a los seres humanos, dijo: “No tengo idea, porque la pandemia está mostrando la hilacha a todos pero, a la vez vemos en la sociedad gestos de belleza increíbles. No sé si nos hará mejores o no. A veces es un poco romántico esperar un cambio colectivo. Si hay una posibilidad modificar algo, será individual, uno no puede esperar que las cosas cambien alrededor“.
“Leí más de una vez decir a los sabios ‘si usted quiere que cambie el mundo, cambie usted’. Entonces trato de parecerme a eso, me enfoco de qué manera yo puedo estar más al servicio, de qué manera puedo hacer lo que me toca hacer de una manera más constructiva, sin estar haciendo como un análisis constante si las cosas alrededor mío están cambiando o no. No me da la energía para tanto”, apuntó.
Sin escenarios, sin ingresos
Preguntado el Chango si está pendiente de los conciertos que perdió en esta cuarentena, afirmó estar pendiente “sólo de mi familia en mi casa, de los Zoom de la escuela y de llevar adelante estos pequeños proyectos; y de ver cómo administrar una muy pequeña economía“.
“En este momento no estoy pensando si estoy perdiendo o si estoy ganando. Lo que Dios te quita con una mano, te la da con la otra, no pienso si tenía una gira si bien tenía algunos viajes pendientes para octubre. Si salen bien y si no salen, será en otro momento. Es obvio que todo el tiempo estoy proponiendo un montón de posibles trabajos virtuales, proyectos que algunos requieren más entidad que otros”, agregó.
A modo de consejo dijo que “no hay que martirizarse en lo que uno pierde, la vida de la gente que uno ama está por encima de todas esas cosas. La salud y preservar tu pequeña comunidad. Disfruto de lo que la vida me dio en términos materiales, pero trato de que eso no me tenga agarrado, porque así como vino se puede ir y así como se van esas cosas, vendrán otras más adelante”.
Afectos del Chango
Al final de la entrevista, aparecieron nombres personales que permitieron recordar parte de la historia del querido Chango Spasiuk.
Holanda. Su primer viaje en diciembre del ‘87, sobre el cual contó que “fue muy linda experiencia y de alguna manera bastante premonitorio ese viaje, porque fue un país que volví infinidades de veces a dar conciertos. De hecho en mi ensamble toca una chelista de allá”.
Eugenia, su madre. Muy emocionado la recordó como “una hermosa mujer, puro amor, estoy eternamente agradecido a la vida de haberla tenido como madre. Extraño un montón su presencia física y de poder visitarla en Misiones. Hace unos años atrás, cuando ella todavía estaba viva, mis viajes eran mucho más fluidos a la provincia solamente para verla”.
Diego Arolfo, Marcos Villalba, Eugenia Turavetzky, Pablo Farhat, Matías Martino. “Es mi ensamble. Todos mis compañeros de este momento del viaje, un ensamble maravilloso, con los cuales vengo tocando en vivo todos estos años, músicos muy talentosos y compañeros de este momento de como entiendo la música y ellos como entienden también como para ayudarme a construir ese mundo sonoro y expresarlo. Son grandes músicos y compañeros”, resaltó.
Consultado si es exigente con ellos, enseguida lo negó: “A veces soy obsesivo y tengo un cierto nivel de intensidad cuando grabo un disco o en algunas circunstancias, pero dentro de todo soy bastante relajado. A esta altura del camino trato de ponerle más atención en algunos aspectos que considero que son importante, creo que esa aceptación fue un gran maestro en el camino para mí”.
“Pequeños Universos”, su programa de TV. Deseó que “ojalá pueda volver a hacer ese programa. Hice casi 80 viajes en trece años, una experiencia maravillosa de aprender junto con las personas, a mirar sin contaminar un montón de situaciones, de trasmisión oral de la música popular argentina y sudamericana, ojalá pueda volver a repetir”.
“La gente lo recibió de una manera tan amorosa, y lo sigue celebrando. Ojalá que se reorganice el espacio del canal Encuentro, que si bien no dejó de trasmitir, pero sí se desfinanció durante un montón de años, espero vuelva a ser un espacio donde se puedan hacer cosas” cerró el artista.