Situada en el extremo noroeste de Estados Unidos, en el estado de Washington, y rodeada de agua, montañas y naturaleza, Seattle goza de una calidad de vida excelente.
A pesar de su ubicación, a 155 kilómetros de la frontera con Canadá, el clima no es del todo malo. Sí es verdad que es una ciudad lluviosa, aunque no suele haber tormentas, ni viento, ni nieve, ni siquiera hace mucho frío. Todo se debe a que está resguardada por las montañas que la rodean.
El símbolo de la ciudad es la torre Space Needle, de 184 metros de altura y casi seis mil toneladas de peso.
Si bien por el momento no es posible visitarla por la pandemia de coronavirus que afecta al planeta, te contaremos algunos de sus sitios más destacados para tener en cuenta para cuando sea posible tomar las valijas y recorrer el planeta.
• Space Needle: construida en 1962, es el principal símbolo de Seattle. Tiene una altura de 182 metros, aunque se puede subir hasta los 158, que es donde está la plataforma de observación. En días despejados es posible ver el Olympic National Park, el impactante Monte Rainier, la bahía de Elliot y la cordillera de las Cascadas.
• Pike Place Market: inaugurado en 1907, es uno de los mercados más antiguos y visitados del país, por allí pasan unos 10 millones de personas al año. Desde que entras queda claro que este no es un mercado más.
• Pioneer Square: más que una plaza, es un distrito histórico, rodeado de los edificios más antiguos de la ciudad, la mayoría son de la década de 1890, ya que prácticamente todos los anteriores se quemaron en el incendio de 1889. En la zona hay galerías de arte, cafeterías, restaurantes y bares.
• El primer Starbucks: el origen de la famosa marca de cafeterías está en Seattle, y su local más antiguo, también. Aunque su ubicación inicial en el año 1971 fue a unas manzanas de donde está ahora, en 1976 se trasladó a su ubicación actual, en Pike Street.
Finalmente, por cuestiones de espacio solamente, visitar los barrios de Seattle puede ser una manera muy agradable de pasar unas horas fuera del centro descubriendo los rincones más inexplorados de esta ciudad, una experiencia que esperamos poder vivir dentro de poco.
Chihuly Garden and Glass
Un lugar en verdad maravilloso, tanto que vale la pena ir a Seattle sólo por esta visita. Este museo-jardín ofrece una gran colección de obras en vidrio soplado en colores increíblemente brillantes, elaboradas por el artista local Dale Chihuly.
Las creaciones realizadas son únicas y el recorrido por las diferentes galerías, el invernadero y el jardín exterior son impresionantes.
Cada hora se ofrecen charlas donde explican el proceso de cómo se trabaja el vidrio en las diferentes obras.
Es una parada obligatoria en Seattle.