El rastro de Néstor Fabián Rojas una vez más. Nuevamente la sospecha recae sobre el “Negro” y sus presuntos contactos ya no para continuar con el plan para ejecutar a un juez sino para asistir a los cuatro detenidos el martes 26 de mayo último en sendos procedimientos efectuados por Gendarmería Nacional en Garupá y en Posadas.
Esta vez la labor de los investigadores y los allanamientos ordenados por el juez de Instrucción 1 de Posadas, Marcelo Cardozo, permitieron atrapar a la novia de uno de los cuatro presuntos secuaces directos del narcotraficante detenido en el complejo penal federal de Ezeiza y vinculado a una investigación de supuestos intentos del Primer Comando Capital, organización criminal con base en San Pablo, Brasil, de desembarcar en suelo argentino, misionero especialmente, para dominar las rutas del transporte de estupefacientes, entre otras actividades delictivas.
La detenida ayer miércoles en una vivienda de la avenida López Torres a pocos metros de Monteagudo, frente a la costanera de Posadas, es pareja de uno de los cuatro investigados como piezas claves del plan que se le endilga a Rojas para matar a uno de los jueces de instrucción penal de Misiones que lo imputa, en este caso, por el doble crimen de Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra en diciembre de 2015 en el barrio Tacurú de Posadas.
Esta joven habría mantenido contactos directos con Rojas pocos minutos después de la detención de su novio con un automóvil robado y un arma de fuego automática en un control de ruta montado por el Escuadrón 50 de Gendarmería en Garupá y como parte de los operativos para combatir la pandemia mundial de coronavirus Covid-19.
Según fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, la aprehendida habría dialogado con Rojas antes que sus hermanos fueran detenidos en la vivienda del barrio Libertador, avenida Nazareno y calle Jerusalén, el mismo 26 de mayo y en el procedimiento en que se secuestraron más armas de fuego y municiones, entre ellas un fusil automático M-16 de fabricación estadounidense y uniformes del grupo GEOF de la Policía Federal, además de ropas con identificaciones de una empresa distribuidora del servicio de televisión satelital.
De las conversaciones con Rojas, vía mensajes de texto, éste le habría dado las indicaciones para poder recibir dinero que sería destinado a la defensa de su pareja.
El inconveniente fue mayor porque ya no iba a necesitar abogados sólo para su pareja y un paraguayo que fue atrapado también en esa mañana. Al mediodía, con del desembarco de los efectivos de Gendarmería en el inmueble del barrio Libertador sus dos hermanos (uno es soldado del Ejército Argentino) se sumaron a la lista.
Alrededor de cincuenta integrantes del GIR de la Policía provincial, Gendarmería Nacional, Policía Federal y la Prefectura Naval Argentina, partieron a las 7 de ayer hacia los destinos planeados y autorizados para allanar por el juez Marcelo Cardozo.
El primero de los procedimientos fue el que aseguró la detención de la joven que habría mantenido contactos con el “Negro” Rojas. En esta vivienda se secuestraron dos teléfonos móviles.
Pocos minutos después, en zona de la Rotonda de la avenida Uruguay, calles Dominguez y Moconá, fue allanado otro domicilio y también fueron hallados celulares, entre otros elementos para ser peritados.
El tercer operativo apuntó aún más hacia el sur posadeño. En Miguel Lanús, a pocos metros de la delegación del INTA, el juez y los equipos especiales ingresaron a la vivienda de uno de los dos hermanos detenidos el 26 de mayo. Allí se secuestraron una tablet, una notebook y más teléfonos móviles para ser peritados.
Entre otros puntos llamativos de este último allanamiento, las mismas fuentes confiaron que el inmueble está muy cerca de la vivienda del camarista José Alberto López, presidente de la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores de Misiones.
Imágenes y datos descriptivos referentes a la propiedad de este magistrado habrían aparecido en los análisis a los once teléfonos celulares secuestrados el 26 de mayo por Gendarmería y que fueron la punta de la madeja del plan para “liquidar al hijo de puta de Verón”, tal como indicaban las supuestas órdenes emitidas por el “Negro” Rojas desde Ezeiza en las comunicaciones vía mensajería de textos y audios.
Pistola personalizada y otra carga “mejicaneada”
La investigación en manos del juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, avanza y cada uno de esos pasos desprende nuevas sospechas y planes macabros delictivos que coinciden en el confeso narcotraficante “Negro” Rojas.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, del enjambre de mensajes de textos, audios e imágenes que se colectaron de los cien megabytes de información bajada de los once teléfonos celulares secuestrados el 26 de mayo en Posadas, podría determinarse en poco tiempo que gracias al inicio del aislamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus no sólo no ingresaron al país los sicarios que habría de contratar Rojas para su presunto plan de matar a un magistrado.
También se desprenden datos que apuntan a un embarque fallido de marihuana prensada que habría fracasado y caído en manos de un operativo de Prefectura y que habría desatado la furia de Rojas.
No sólo lo habría organizado desde la prisión de Ezeiza, donde fue traslado en octubre del año pasado por temor a su fuga del la cárcel provincial de Puerto Rico. Sino que desde allí habría jurado vengarse, que no quede sin culpable el error.
Tantas aristas despierta Rojas a los investigadores que hasta se investiga si la pistola nueve milímetros secuestrada en manos de su cómplice detenido en mayo, tiene detalles personalizados, especiales y mandados a imprimir por el propio “Negro” Rojas.
Según las voces consultadas por este Diario, no se trataría de una simple herramienta para derramar sangre y matar, se trataría de un arma automática de precisión y de alto valor monetario la que podría haber sido utilizada en varios asesinatos de tinte mafioso o ajustes de cuentas, no sólo en los casos que se le endilgan al “Negro”.