Con un operativo montado por agentes del Grupo Intervenciones Especiales Penitenciarias del SPP, el supuesto nexo clave de Néstor Fabián Rojas, presunto mentor de un plan para matar a un juez penal misionero, volvió ayer miércoles al Juzgado de Instrucción 1 para ampliar su declaración indagatoria e intentar desligarse del narcotraficante imputado, entre otras complejas causas, en tres homicidios, dos en Posadas y uno en Gobernador Roca, en 2015 y 2018, respectivamente.
El posadeño de 35 años declaró – ayer ante el juez Marcelo Cardozo- que el Renault Logan secuestrado en su domicilio de calle Jerusalén y avenida Nazareno en el barrio Libertador de esta capital pertenece al “Negro” Rojas
También insistió en que las municiones y armas que se hallaron dentro del automóvil le correspondían a la misma persona, que desde octubre de 2019 se encuentra detenido en el complejo penitenciario federal de Ezeiza, en un pabellón de máxima seguridad y acompañado por cuatro brasileños que fueron detenidos armados y con ropa de la Policía Federal Argentina, en septiembre del año pasado, en el cruce de la ruta nacional 105 y el acceso a San José en Misiones.
El presunto cómplice de Rojas fue aprehendido el 26 de mayo pasado en un control del Escuadrón 50 “Posadas” de Gendarmería en Garupá. Conducía un automóvil Nissan robado en Esquel, Chubut, y se le secuestró una pistola.
Ese mismo fue allanada la vivienda del barrio Libertador y se encontraron municiones de armamento de guerra, ropas de empleados de una empresa de televisión satelital y uniformes del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) de la PFA, pero también varias armas más, entre ellas un fusil automático M-16 de fabricación estadounidense.
De este secuestro, el detenido llevado el miércoles al juzgado de la avenida López Torres y calle Vicente Casares, quiso desligarse pese a que fue descubierto en su inmueble o domicilio. Durante la misma mañana del martes 26 de mayo fue detenido un ciudadano paraguayo. Según el contacto de Rojas, debía trasladarlo a Candelaria y a pedido de Rojas.
Antes de esta indagatoria de ayer, también fueron llevados al mismo juzgado los dos hermanos detenidos en la vivienda del barrio Libertador. Los dos, uno de ellos es soldado del Ejército Argentino, solicitaron declarar y su versión apuntó a incriminar a un familiar del contacto de Rojas con las armas y demás pertenencias halladas y que ellos habían estado allí en ese momento porque fueron a visitar a una sobrina.
Las nuevas coartadas serán analizadas por el juez de la causa y sus secretarios, mientras se aguardan los informes completos de Gendarmería a los once teléfonos celulares secuestrados durante los allanamientos y detenciones mencionadas.
Del informe preliminar se desató la semana pasada la conmoción, porque surgieron datos que apuntaban a un plan para matar a uno de los jueces que acusa a Rojas y a un camarista penal de la provincia.
La clasificación final de los cien megabytes de información que se obtuvo de los celulares será la que defina la imputación a los cuatro detenidos. Por el momento todos están provisoriamente involucrados en el delito de “tenencia ilegal de armamento de guerra”. De ratificarse las sospechas surgidas de los teléfonos, podrían cambiar la carátula a “tentativa de homicidio”.