A fines de mayo pasado una investigación permitió desbaratar una red de “sextorsión” que operaba desde el penal de la vecina ciudad de Encarnación, más conocido como el CERESO.
Se trata de una mujer de 43 años que llegó al Departamento Antisecuestros de la Policía Nacional del Paraguay, ubicado en Asunción, en compañía de su esposo.
Lejos de entregarse, la dejó a ella y se dio a la fuga. De haber podido colaborar con la Justicia ahora agravó su situación convirtiéndose en prófugo. Los investigadores creen que la mujer era quien cobraba el dinero y los delincuentes detenidos en el CERESO, se valían del vínculo con el guardia cárcel para cobrar los montos que les exigían a sus víctimas.
El modus operandi de los delincuentes era el siguiente: valiéndose del acceso a teléfonos celulares dentro de la unidad carcelaria, establecían contactos con hombres haciéndose pasar por mujeres o también utilizaban a otras detenidas para las extorsiones. Cuando la relación de amistad entablada a través de Facebook o WhatsApp entraba en confianza, le pedían a los incautos que les enviaran fotos íntimas.
Luego los amenazaban con divulgarlo a la prensa o a las autoridades judiciales. A cambio de preservar su intimidad les pedían sumas de dinero. Tras una serie de allanamientos, la Justicia incautó teléfonos con los cuales operaba la red de “sextorsión”.