Tras aproximadamente tres meses sin poder llevar adelante entrenamientos de alto rendimiento y ante la reciente habilitación del Polideportivo Municipal Héctor Hugo Ligorria para la realización de actividad física, los atletas de elite Luis Carlos Ortiz y Jonathan Andrés Avellaneda retornaron a sus rutinas y coincidieron en que lo primordial estará en “recuperar el ritmo”.
Con uno haciendo pasadas en la refaccionada pista terrada de la Capital del Trabajo y el otro aplicando técnicas de salto dentro del Poli, el atletismo volvió al ruedo en la provincia tras autorizarse el protocolo presentado ante el Ministerio de Deportes provincial. Si bien aún desconocen de dicha posibilidad, en un corto plazo ambos recibirían la invitación para trasladarse a Posadas y entrenar en el CePARD.
Tras cumplir con su primer día de entrenamientos, ambos atletas reflejaron sus sensaciones a EL DEPORTIVO, mostrándose conscientes de que “la vuelta será más difícil de lo que se piensa y llevará su tiempo volver al nivel”.
Luisão, fondista destacado en la prueba de los 3 mil metros con obstáculos, donde ocupa el segundo lugar en el ranking nacional, además de destacarse en cross country y pruebas de calle, se movió de manera ligera sobre la pista y reconoció al finalizar que “en el primer giro me sentí como un principiante, parecía que no podía coordinar los pasos, la verdad que me costó volver después de casi tres meses sin correr. Con el transcurrir de las vueltas me sentí mejor, aunque trate de no exigirme al máximo”.
Ortiz indicó que “pude tomar un buen ritmo ya que la pista estaba en óptimas condiciones, bien compactada y eso me facilitó el andar. Me tengo que ir adaptando nuevamente a la superficie, pero lo voy a lograr con el pasar de los entrenamientos. Mi entrenador me pasó una rutina esta semana y ahora voy a trabajar en base a ella”.
Sobre los objetivos a corto plazo, ante tanta incertidumbre, Luisito indicó que “hoy el objetivo primordial es recuperar el ritmo y el nivel, después veremos que sucede con las competencias que estaban previstas. Hablando con mi entrenador, me resaltó que eso hoy está en un segundo plano, algunas competencias ya fueron suspendidas para el año que viene. Es difícil pensar en que haya una prueba este año, ya que la mayoría se desarrolla en Buenos Aires y ahí la situación está bastante más compleja”.
Por último, ante su vuelta a su ciudad natal tras quedarse sin beca en el CeNARD, el fondista señaló que “estoy disfrutando de estar en mi casa, de vivir el día a día con mi familiar después de casi diez años. Las cosas pasan por algo y la cuarentena me encontró en mi ciudad. Veremos más adelante qué surge una vez que se termine esto”, sentenció.
Jony, por su parte, se venía preparando para los Juegos Paralímpicos de Tokio, ya reprogramados para 2021, aunque todavía se generan dudas sobre su concreción. De todas maneras, también puso primera junto a su entrenador, José “Leo” Ibarra.
“Si bien me las venía ingeniando para entrenar en Mado con algunos aparatos, recién ahora volví a saltar y se notó la falta de rodaje. Hay que adaptar nuevamente el cuerpo a las técnicas y en base a ellas, ir mejorando día a día. Por suerte vamos a poder tener una cierta continuidad”, sintetizó.
Avellaneda volvió a mencionar que “antes del aislamiento lo que buscábamos era mejorar la marca que habíamos hecho en Lima, la cual ya nos daba la clasificación a Tokio. Y esa seguirá siendo la meta. Vamos a trabajar para cuando nos toque una competencia, superar esa marca. Tenemos tiempo, así que buscaremos aprovecharlo”.
Sobre las mismas, coincidió con Ortiz al resaltar que “es muy complicado pensar en alguna prueba para este año, la situación está bastante compleja. Nos enfocaremos a entrenar y llegado el momento lo analizaremos. Creo que la mejor decisión fue postergar los Juegos para el año que viene”.