Entre varias enfermedades que se caracterizan por esta sintomatología respiratoria, están la fibrosis quística, las enfermedades neuromusculares, el asma severa y un conjunto de enfermedades genéticas discapacitantes llamadas MPS (Mucopolisacaridosis).
Las MPS, cuyo Día Mundial se conmemora hoy, presentan mayor riesgo de infecciones respiratorias altas (catarros, rinitis y bronquitis) y bajas (bronquiolitis y neumonías), situaciones que, si de por sí ya están muy aumentadas en condiciones normales, implican mayor riesgo durante la pandemia, a pesar de que los niños no constituyen el segmento etario en el que el coronavirus se presentarse con más agresividad.
Según indicaron los especialistas, un problema habitual de las MPS es que no siempre son diagnosticadas en forma temprana, lo que priva al niño de la posibilidad de iniciar a tiempo un tratamiento orientado a prevenir daños potencialmente irreversibles.
Para su diagnóstico, los médicos deben estar atentos a signos como otitis recurrentes, secreciones nasales (rinorrea) persistentes y hernias a repetición (tanto inguinales como umbilicales).
El doctor Hernán Amartino, especialista en Errores Congénitos del Metabolismo y Neuropediatría indicó: “En casos de afecciones con mayor riesgo de problemas respiratorios, las recomendaciones de cuidado son las mismas que para la población general respecto del lavado frecuente de manos, el uso de máscaras o barbijos, el distanciamiento social y la descontaminación de material de origen no conocido”.
Amartino, quien además es el Jefe de Neurología Infantil del Hospital Universitario Austral, dijo en diálogo con la prensa: “En el caso de los pacientes con MPS que requieren infusiones enzimáticas semanales, durante este período de pandemia sería conveniente realizarlas en el domicilio con personal profesional entrenado y evitar asistir a los hospitales excepto que sea necesario”.
“Aparte de los problemas respiratorios, las MPS se caracterizan por presentar rasgos faciales específicos, baja talla, dificultades para ver y oír, problemas cardiovasculares, deformidades en la columna y en las manos, articulaciones rígidas, trastornos en el desplazamiento, agrandamiento del bazo y del hígado e inconvenientes en el desarrollo intelectual, entre otros signos”, sostuvo. .
Las MPS afectan a 1 de cada 20 mil recién nacidos, forman parte de las cerca de 8 mil Enfermedades Poco Frecuentes (EPoF) y, a la fecha, se han descrito siete subtipos distintos de MPS, los que varían en función de la de enzima faltante y de la clase de sustancias (denominadas GAGs) que se depositan en el organismo.
El tratamiento disponible para cinco de los subtipos de MPS consiste en proveer en forma inyectable la enzima faltante, la cual debe ser administrada lo más tempranamente posible y tiene por objetivo retrasar la progresión de la enfermedad y mejorar síntomas como las dificultades respiratorias y la movilidad.
Fuente: Agencia de Noticias NA