Fue indagado en las últimas horas el cacique de 34 años acusado de quemar y enterrar los restos de su pareja en la aldea Taruma Poty, tras afirmar ante las autoridades policiales que la mujer murió luego de sufrir “mucha fiebre, posiblemente coronavirus”.
Fue ante el juez de Instrucción 3 de San Vicente, Gerardo Casco, quien lo imputó en forma preventiva por “femicidio”.
Según pudo averiguar PRIMERA EDICIÓN, durante su extensa declaración, de dos horas y media, el sospechoso apuntó contra una médica del hospital de San Vicente, a quien llamaron tras el deceso de la joven María Solange Diniz Rabela, de 24 años.
El jefe de la aldea habría relatado que luego de morir su pareja la noche del domingo 12 de abril pasado, “se comunicaron con la doctora, quien no estuvo en contacto directo con el cuerpo pero sí le ordenó que continúe con su ritual”, tras lo cual, según habría dicho el acusado, la facultativa “se retiró sin revisar el cadáver o certificar la defunción”, agregó la fuente.
Luego dijo que ordenó a una mujer que “limpie y prepare el cuerpo para la ceremonia” y a otros dos hombres que “se encarguen de los rituales”.
Que luego “se marchó a la casa de su madre, debido a que estaba deprimido y no quería estar en su domicilio”, expresó. Respecto a las causas de muerte de su pareja, el hombre dijo que “debido a que tuvo mucha fiebre temieron que se trate de coronavirus, dengue u otra enfermedad”.
Desde el Juzgado se enviaron numerosas citaciones a testigos, donde estarían incluidas las personas mencionados por el ahora imputado en su indagatoria, entre ellas la médica a la que llamaron tras la muerte de la joven.
Dichas testimoniales podrían concretarse desde hoy, adelantaron las fuentes. Los restos cadavéricos hallados el jueves 16 de abril pasado en una aldea mbya en jurisdicción de San Vicente, tal como publicó este Diario, deberán ser cotejados genéticamente para que se confirme la identidad.
Del material biológico recolectado por peritos de la Unidad Regional VIII tampoco se podría determinar la causa de muerte.
El sospechoso y concubino de la mujer fue detenido al día siguiente del hallazgo tras la denuncia del padrastro de la víctima, quien habría referido que el cacique tenía antecedentes de violencia contra ella. La hipótesis de los investigadores es que presumiblemente la joven, quien era madre de un menor, fue asesinada y enterrada en una zona de monte en la misma comunidad.
En la vivienda del imputado se secuestró un serrucho con manchas presuntas de sangre, dos frazadas y un retazo de tela con rastros similares. A 200 metros de la vivienda, se halló una cama de madera quemada y restos óseos, y a un costado una perforación con más huesos quemados.