La cantidad de personas que en las últimas semanas demandó la vacuna antigripal en las farmacias se triplicó con respecto al año pasado, de acuerdo con la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA).
Y es que en el contexto de la pandemia y el temor que se ha generado en la población, la vacuna contra la gripe experimentó una demanda mucho mayor que en temporadas pasadas.
Por eso, los esfuerzos del PAMI por cumplir con su cronograma de vacunación no respondieron a los requerimientos de la población.
Vacunar según el número de DNI
“La idea de organizar la vacunación de los afiliados del PAMI por número de documento fue con la intención de que sea prolijo y más organizado, pero la cantidad de dosis que entregaron no alcanzó”, dijo Alberto Ruiz, vicepresidente de la cámara de farmacéuticos, a PRIMERA EDICIÓN.
Cabe destacar que la campaña de vacunación comenzó los primeros días de abril con los documentos que terminaban en cero y uno. Según este sistema de organización, ayer se vacunaría a la última tanda de afiliados del PAMI. Sin embargo, todavía hay farmacias que esperan recibir el stock para realizar la segunda aplicación.
Y es que con el objetivo de una distribución organizada y sin aglomeración, decidieron que las vacunas antigripales de este año se apliquen según la terminación del DNI, pero en la segunda tanda las farmacias se quedaron sin dosis. “Cuando era el turno de los documentos que terminan en dos, la mayoría de las farmacias se quedaron sin stock”, contó Ruiz.
Con semanas de atraso, el sábado comenzaron con la entrega por zonas de la segunda tanda de vacunas . “Estamos a la espera, algunas farmacias ya las recibieron y otras todavía no”, explicó y agregó que la situación “tiende a normalizarse pero muy lentamente, no somos muy optimistas con que se resuelva en cuestión de semanas”, manifestó.
Causas del desabastecimiento
Actualmente, las droguerías “están prácticamente sin stock”, aseguró Ruiz y agregó que “el desabastecimiento actual tiene su razón de ser”. En este sentido, explicó que habitualmente la vacunación se realiza entre abril y mayo y el pedido del stock se hace por única vez en enero.
“Las dosis que se entregaron fueron pensadas para la demanda del año pasado. Antes a las droguerías les sobraban vacunas y había que destruirlas por no poder colocarlas y ahora nos fuimos al otro extremo”, sostuvo.
Este año, la demanda fue muy superior, pero la oferta continuó en los mismos niveles que años anteriores. “En general, sólo el 10% de la población se vacuna pero con la pandemia mundial, la demanda subió al 60%”.
“Cuando fuimos a hacer la reposición, comenzamos con las dificultades: las droguerías no recibían las vacunas, los laboratorios pedían más tiempo para hacerlas… hasta que finalmente entregaron la segunda tanda pero no fue la cantidad que se necesitaba”, contó y reiteró que “la situación está complicada”.
Vale aclarar que la vacuna antigripal no protege del coronavirus, pero reduce las consultas por gripe en las guardias y el uso de servicios, además del riesgo de complicaciones.
Afiliados enojados
Lo cierto es que la situación de desabastecimiento y de incumplimiento con el cronograma de vacunación, generó preocupación y molestias en los afiliados.
“Depende de cada farmacia, algunas se tomaron el trabajo de pedirles el número de contacto a los clientes para avisarles cuándo iban a recibir y otras directamente les decían que no tenían y que volvieran más tarde”.
En cuanto a los afiliados, “algunos entendieron la situación, otros protestaron”, contó Ruiz y agregó que la peor parte se la llevan quienes están del otro lado del mostrador de la farmacia porque “no es fácil explicarles que no hay dosis disponibles, siempre dudan o piensan que quizás pueden comprarlas pero no, porque no hay”, declaró y añadió que “aunque hubiera sotck disponible, esa provisión viene directamente de la obra social del PAMI, por lo que nosotros no tenemos permitido venderles la vacuna”, sostuvo.
Provisión nacional
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa dos veces por año las cepas de influenza tipo A y B para las dosis que se producirán en los meses siguientes.
Los laboratorios tienen una previsión de producción, que luego se va ajustando de acuerdo con la demanda de los países. El Ministerio de Salud de la Nación organiza la compra para el sector público y el PAMI de acuerdo con las dosis que le piden las provincias y la obra social hasta noviembre.
En diciembre se ajusta el número final. Las vacunas que quedan sin aplicar, se destruyen al final de cada año.
Cabe destacar que el récord por la máxima demanda para su población fue después de la pandemia de 2009 de gripe A H1N1: unos 1,2 millones de dosis. En promedio, el resto de los años es de entre 900.000 y 1 millón.