Paradoja u otra de las sorpresas con la que el destino se mofa de la ficción. Acosó a menores a través de redes sociales, de forma aviesa y reiterada detrás de una computadora o un teléfono celular, una madre posadeña lo investigó y denunció cuando notó que su hijo de 13 años estaba en peligro.
Ayer y por videoconferencia, desde la Unidad Penal 1 de Loreto, Sergio Daniel González (45) reconoció su culpa ante el fiscal del Tribunal Penal 2, Martín Alejandro Rau y aceptó una condena inédita para Misiones y de las primeras en el país: catorce años de prisión efectiva como autor penalmente responsable de los delitos: “corrupción de menores agravada por haber sido cometida mediante engaño, en concurso ideal con distribución de pornografía infantil y grooming en concurso real”.
El expediente 99.717 se inició en 2015 y tenía como acusado a un docente de 45 años, profesor de música, denunciado por la progenitora de la víctima.
El caso, tal como lo adelantó en exclusiva PRIMERA EDICIÓN, tenía fecha de debate oral, no público por tratarse de un delito contra la integridad sexual, para el lunes 27 de abril, es la primera causa en llegar a esta instancia por grooming en Misiones.
Los camaristas del Tribunal Penal 2, César Antonio Yaya, Carlos Jorge Giménez y Augusto Gregorio Busse, habían agendado cuatro jornadas de audiencias para que se esclarezca el caso.
Pero ayer, por videoconferencia, el fiscal Martín Rau, un secretario actuante, el abogado del encartado Ramón Moisés Grinhauz y su defendido, participaron en la audiencia y se firmó el acuerdo de suspensión de juicio abreviado.
González reconoció su culpa en el delito señalado y aceptó catorce años de prisión efectiva. Cinco años menos de la pena de perspectiva máxima que se avizoraba en caso de haber sido juzgado en debate oral y hallado culpable. Vale señalar que el acuerdo deberá ser analizado, fundamentado y homologado por los camaristas mencionados.
El ahora condenado gozó del beneficio del arresto domiciliario hasta el domingo 15 de septiembre del 2019 pero fue detenido en 25 de Mayo cuando había citado con el mismo método de acoso, a un adolescente de dicha localidad. Fue atrapado en flagrancia tras la denuncia del padre de la víctima y el procedimiento montado por los efectivos de la Comisaría de la Mujer de la jurisdicción (Unidad Regional XI).
Esta reincidencia delictiva derivó en que el Tribunal Penal 2 le anule la prisión domiciliaria y determine que aguarde el juicio, por la causa iniciada en Posadas en 2015, detenido en la Unidad Penal 1 del Servicio Penitenciario Provincial en Loreto.
Pero la primera denuncia por acoso a menores de edad fue presentada en 2015 por una joven madre cuyo hijo de trece años habría sido víctima de este docente, la causa llegó al TP-2 de calle San Martín (entre 3 de Febrero y 25 de Mayo) de Posadas, tras el cierre y elevación a juicio.
La imputación, tal como lo adelantara este Diario desde agosto de 2018, es inédita, una figura penal vinculada al acoso de niños a través de las redes sociales, entre otros recursos de comunicación digital.
Mientras cumpla esta condena, en el Juzgado de Instrucción 1 de Oberá continuará en trámite el expediente iniciado por un padre de 38 años cuyo hijo recibía mensajes de texto de un presunto joven y de una muchacha que lo incitaban a citas sexuales, pero también al envío de fotos y videos en los que debía exponer sus genitales y hasta masturbarse.
El menor le confesó a sus progenitores que el domingo 1 de septiembre de 2019, quince días antes de la detención, comenzó a recibir mensajes en su perfil de red social y en otras aplicaciones de mensajería en su teléfono celular.
Incluso contó que llegó a ver en una plaza de 25 de Mayo al supuesto contacto, pero se dio cuenta de que era un hombre grande, mayor de edad y que lo invitaba a subirse a su automóvil. Pero el acosador no desistió e insistió, ya bajo el supuesto perfil femenino, con encontrarse y “realizar un trío sexual”.
Efectivos de la comisaría local y del Comando Radioeléctrico montaron un operativo y el sospechoso fue ubicado y detenido en la misma plaza de la primera intención de cita y a bordo de su Renault Clio, el mismo vehículo con el que se desenvolvía en Posadas cuando fue denunciado por la madre del menor de 13 años.
“Conforme sí, alegría no”
“Pasaron cinco años de luchar por justicia. No es poco, es remar contra todo, que no te crean, que te acusen de cualquier cosa. Hoy no es tiempo de alegrarse, me quedo conforme, abracé a mi hijo y el ahora podrá vivir tranquilo”. La madre del niño acosado en 2015 por Sergio Daniel González habló ayer con PRIMERA EDICIÓN apenas conoció el acuerdo judicial alcanzado y remarcó: “No es cuestión de odio, es batallar por justicia y para que esto no se repita. Siento tranquilidad”.
“Dudas y miedo tuve siempre, sola luché por momentos, pero hoy siento agradecimiento, hubo un fiscal que no se olvidó del caso y que no se dejó presionar. Por suerte todavía hay gente que no se deja influenciar por el ‘si no te toca de cerca, no te preocupes’. Fue muy doloroso todo este tiempo, no se puede explicar, alegría no siento, es justicia, es lo que perseguí siempre”.
En una entrevista exclusiva con este Diario en 2019 recordó cómo se inició la causa en 2015: “Revisaba el teléfono celular de mi hijo cuando descubrí que mantenía conversaciones en Facebook con perfiles que, a simple vista y por lógica, eran falsos. Uno de ellos era una supuesta mujer y el otro un supuesto amigo de ella con imágenes de automóviles. Resulta que eran la misma persona, un masculino, con los mismos amigos y contactos en común, todos varones. Lo primero que se me cruzó por la mente fue que era un pedófilo. Entonces decidí mantener una charla con mi hijo”.
“Me contó que se fue con un amigo cuando la supuesta mujer lo citó, diciéndole que iba a ir un amigo que le iba a mostrar fotos y videos de ella. Me dijo que era un hombre de unos 30 o 33 años, que se movilizaba en un Renault Clio bordó. Esta persona le iba a llevar supuestamente con ella para que se conozcan. Sin pensarlo y pese a que no le pasó nada gracias a Dios, me fui a radicar la denuncia, porque si no es mi hijo, le puede pasar a otro”.
Días después, el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, ordenó allanar la vivienda del acusado, sobre calle Haití en el barrio San Miguel de Posadas. Se secuestraron computadoras, material pornográfico y otras pruebas que determinaron el pedido de banquillo.