La fe depositada por los primeros inmigrantes en la emblemática Santa Cruz de los Milagros los ayudó a sobrellevar la grave epidemia de fiebre amarilla, tifus y cólera, que en 1906 castigó a la Zona Sur de Misiones.
Poco después de la llegada del contingente de colonos ucranianos y polacos, que trajeron consigo un poco de ropa, herramientas para trabajar la tierra y la Santa Biblia, profesando la fe católica, la población fue atacada por una epidemia que produjo la muerte de bebes, niños y personas mayores.
Tras pedir a Dios que detenga este mal y efectivizando la promesa, construyeron una cruz de un noble árbol extraído del monte, grabando al pie el motivo de su realización. “Así como ellos pasaron en su tiempo, nosotros con unión y fe podemos pasarlo en nuestros tiempos el coronavirus”, afirmaron desde la Colectividad Polaca.
Facundo Sniechowski manifestó que “muchos no lo saben” pero la “Cruz de los Milagros” fue “un proyecto de nuestros primeros emigrantes que al poco tiempo de llegar, en 1897, tuvieron que afrontar nuevas enfermedades como la fiebre amarilla, el tifus, el cólera, contagiando y sumando innumerables y lamentables muertes. El pico de los decesos fue 1906, entonces, teniendo en cuenta que eran todos católicos, decidieron hacer un monumento a Dios en el punto más alto de la ciudad”, en lo que hoy es la Capilla “Cruz de los Milagros”, rodeada del Espacio Joven y cercano al predio de la Expo Yerba. Actualmente, muchos jóvenes se reúnen para su esparcimiento sin tener en cuenta el significado lugar.
“Ese es un símbolo de fe. Los preparativos llevaron varios meses. Fueron a buscar un árbol muy grande, un urunday, que fue traído con bueyes desde la zona de San Juan de la Sierra, y se trabajó a mano, con pequeñas hachas, para que la madera quede pulida y aguante mucho tiempo, todo eso pensado para que perdure en el tiempo”, agregó.
La Capilla de la Santa Cruz de los Milagros fue inaugurada el 27 de agosto de 1997, con motivo de los festejos del Centenario de los Primeros Inmigrantes.
La historia narra que los que cargaron con el leño que a posterior fuera la cruz fueron: Sychowski, Zubryszki, Smichowski, Billinski, Kozur, Krul, Maxymowscz, Tanowski, Komisarski, Loatenski, Krzyminski, Zdanowicz, Bdnaz, Czajkowski, Plaszwski Tuzynkiewciz, Kaminski.
Recordó que en 1897, con la posesión de las tierras “que otorgaba el gobierno, comenzaron a llegar muchos, cada seis meses venían llegando, y lo hacían con mucho entusiasmo, con ganas de trabajar la tierra”.
Pero traían muy pocas cosas. Entre esas pertenencias, había algo de ropa, herramientas de trabajo y la Biblia, porque “la fe en Dios era como el tesoro de la familia y, en este tiempo, en 1906, la medicina era muy precaria, entonces el acto de fe y la esperanza eran lo primordial”, describió.
“Iurkoski era el único un médico polaco que estuvo como para transmitir los padecimientos de los inmigrantes. Pero en ese acto de angustia, dijeron vamos hacer un lugar de oración y de fe de las colonias. Se imaginaba un gran símbolo con una gran cruz”, añadió.
Así, el 14 de septiembre de 1906, se bendijo la cruz en la capilla donde hoy está ubicada, con la concurrencia de toda población y los oficios del sacerdote salesiano polaco, Reverendo Cenalevski.
Desde el mismo momento no se produjeron más muertes ni infecciones de la epidemia, dando lugar a la devoción, agradecimiento y su denominación “La Cruz Milagrosa”.
En otra generación, después de 114 años aparece una nueva pandemia, el COVID-19, que aqueja el mundo.
A los hijos y nietos de inmigrantes que poblaron Apóstoles no le parecen extraños estos hechos y que la Cruz seguirá haciendo milagros como en aquel tiempo: “Ya lo vivieron en otras generaciones con falta de agua, luz y salud, así y todo se arraigaron con la fe”, acotaron.
El Lunes Santo, el padre Julio Centurión, acompañado de la comunidad de la parroquia San Pedro y San Pablo, realizó una santa misa en ese emblemático lugar recordando aquellos acontecimientos de fe.
“Al momento de la celebración la lluvia era torrencial pero cuando finalizó la misa y se exhibió el Santísimo paró la lluvia y salió el sol espléndido ¿Qué significa? son testimonios que hay existencia y que si se pide, se recibe. Debemos ir grabando en los recuerdos de nuestros herederos que van quedando estos hechos porque pueblo que va perdiendo la historia, pierde la fe…”.
Varios milagros
Susana Néstor de Boyko rememoró que hubieron varios acontecimientos que narran milagros de la Cruz.
“En 1944, en momentos de una prolongada sequía, el párroco llamó a los colonos e hicieron una procesión hasta la Cruz, cantando las plegarias. Esa misma noche cayó una lluvia torrencial e inclusive se inundaron arroyos”.
Algo similar pasó en 1986, cuando la sequía volvió a manifestarse. En ese momento un grupo de 25 personas salía en procesión todas las madrugadas para rezar el rosario y antes de terminar la novena llovió copiosamente.