En este 38º aniversario de la gesta de Malvinas, en plena cuarentena nacional, desde la Asociación Civil de Veteranos de Guerra de Apóstoles organizaron un homenaje a los caídos algo particular: con un izamiento de la bandera argentina con un grupo reducido de excombatientes y autoridades.
Comenzará a las 8.30 en el Centro del Veterano y luego en la plazoleta a las 9 se hará una ofrenda y un minuto de silencio.
“Es un pequeño homenaje porque ellos ofrendaron su vida, respetaremos el aislamiento, pero no podíamos dejar ajeno el día por los 632 hombres que dejaron la vida por la Patria”, argumentó Ramón Fariña, integrante de la Asociación, quien contó a PRIMERA EDICIÓN sus vivencias en las islas.
“Es un sentimiento que revive de forma permanente, hace 38 años seguimos luchando por nuestras Islas Malvinas”, remarcó quien vive desde 2010 en Apóstoles.
“En 1982 estábamos haciendo maniobras y nos sorprendió la recuperación de las Islas. Después de 149 años volvíamos a recuperar un pedazo de tierra que nos pertenece. Fue un momento de alegría, de festejo. Estaba destinado al Regimiento de Infantería Mecanizado 3 de La Tablada. Yo estuve el 11 de abril en las Malvinas, era jefe del tercer grupo de tiradores de la primera sección, estábamos muy próximos a Puerto Argentino. Ahí hicimos posiciones de defensas, pozos zorros con una profundidad de la altura de un hombre, donde íbamos a vivir, pero nos azotó la lluvia a los pocos días. Mi pozo se inundó y mucho de mi material quedó adentro. Al día siguiente volvimos al pozo y recuperé mi fusil y mis elementos”, rememoró.
Narró que “el 10 de junio nos aproximamos a Monte Longdon, ahí hicimos el aguante y estuvimos en espera, con un bombardeo enorme de todos lados. No veíamos al enemigo, ellos combatían todo el día y parte de la noche. El 12 nos ordenaron hacer un contraataque por el repliegue del Regimiento 7. Fue un arduo enfrentamiento cuerpo a cuerpo, a una distancia de 200 ó 300 metros. Nosotros no teníamos los suficientes medios para observarlos a ellos, en cambio ellos sí podían vernos a nosotros. Al día siguiente, se produjo el bombardeo a todo o nada, con un ataque feroz. Había gente que directamente abandonaba las posiciones, los tiros eran más directos y nosotros tirábamos al bulto. Una masa de gente que se venían replegando, no había mucho que hacer”, lamentó.
Ahora Fariña analiza lo que vivió como “una experiencia única, porque uno se prepara pero otra cosa es vivirlo”.
“Un enemigo invisible”
Sobre la pandemia de coronavirus, el excombatiente aclaró que “es incomparable una cosa con la otra: en Malvinas estuvieron 10 mil hombres, más la Marina, pero este es un enemigo invisible que afecta al mundo, estamos todos metidos. En la guerra ‘normal’ hay gente que se prepara para vivirla, pero acá no están preparados y la pandemia no tiene limites”, recalcó.