Por Francisco José Wipplinger
Presidente de FJW SAT
La disposición 1800/2020 de la Dirección Nacional de Migraciones, a través de su Directora Nacional, publicada en Boletín Oficial de ayer, lunes 30, en su Artículo 1º dispone suspender en forma transitoria el ingreso de “tripulantes de transporte internacional” a través del paso fronterizo Iguazú – Foz de Iguazú.
Esta disposición trae aparejado que, en ambas orillas de dicho paso, numerosos camiones queden varados con sus respectivas cargas, las que no son meros artículos banales, sino que son artículos esenciales para la vida de los ciudadanos, tanto argentinos como brasileños.
Son alimentos, son insumos básicos de las fábricas, de los laboratorios. Son elementos tan vitales como el alcohol. Son productos tan sustanciales para esta crisis sanitaria y absolutamente primordiales sobre todo en el momento que estamos viviendo, donde la calidad de vida de las personas y enfermos depende fundamentalmente de la entrega de algunos de estos productos.
El mensaje de nuestro Presidente ha sido claro, se debe preservar la salud de todos, se debe preservar el abastecimiento de productos, se debe mantener la provisión de insumos básicos de las industrias y brindar enseres tan vitales como medicamentos e insumos médicos.
El transporte, nacional e internacional, nunca baja los brazos, y en esta crisis menos aún y lo demuestra a diario entregando todo su apoyo así como el de sus choferes, en las difíciles circunstancias que atravesamos.
Tanto el transporte internacional como nacional y otros ramos de la sociedad son los que hacen día a día un esfuerzo y trabajo encomiable y admirable, mediante el sacrificio de sus choferes por y para todos, como parte de su deber, de su rol en la sociedad y en esta crisis.
Sin embargo, pese a todo, y contra cualquier lógica, aparecen disposiciones tomadas desde atrás de un escritorio, por funcionarios que ven la crisis desde lejos, sólo en papeles, emitiendo disposiciones que más que ser parte de la solución sólo agigantan el problema.
No es menor el cierre de la frontera de Iguazú para el tránsito del transporte internacional.
La derivación de este tráfico por otra frontera (Paso de los Libres) no significa sólo hacer más kilómetros, significa la traba operativa de los despachos de importación o exportación.
Significa lisa y llanamente la traba incomprensible del tránsito de productos e insumos, que en algunos casos salvan vidas y en otros marcan la diferencia entre la vida y la muerte.
Salvan las vidas también de los funcionarios políticos, que hasta sin saberlo a través de sus disposiciones lo impiden.
Ser funcionario implica, por sobre todo en estos momentos, tener responsabilidad por sus actos ante la sociedad.
Significa tener conocimiento del impacto de sus resoluciones y disposiciones.
Y por sobre todo representa el compromiso y la obligación que genera su cargo ante las consecuencias de sus errores.
Las circunstancias específicas de esta crisis le solicitan celeridad en la resolución de estos temas.
El sentido común, la responsabilidad y el compromiso como funcionario, reclaman la urgente rectificación de esta medida.
Los beneficiarios de esta rectificación serán los ciudadanos argentinos y brasileños, sanos o enfermos, y todos estarán sumamente agradecidos.
Es bueno en estos casos tener en claro que el trabajo del funcionario político se debe a la gente y lo realiza siempre sólo por y para la gente.
Paralelamente es bueno destacar que tener este tipo de medidas inconexas ya sea en el ámbito municipal, provincial o nacional no hacen otra cosa que ir creando un ámbito anárquico para el desarrollo de las soluciones viables a esta crisis.
Sólo se saldrá manteniendo el orden, manteniendo un plan y respetando la lógica de los acontecimientos.
Lo que se pide se adentra dentro de los conceptos vertidos y explayados.