Damaris Ferreyra tiene sólo 13 años y ya pegó el gran salto: dejó la séptima de CAPRI para sumarse al Club Italiano, de Villa Lugano, en Capital Federal.
Con apenas cuatro años de hockey sobre sus espaldas, la misionera se ganó un lugar en la A y ya tuvo su bautismo en el club donde buscará alcanzar todas sus metas.
“Lo que más ansío es jugar en el seleccionado pero también en el exterior”, dijo a EL DEPORTIVO en un descanso de la pretemporada, antes de arrancar la competencia oficial.
Damaris empezó su carrera en un equipo llamado Ciudad, de Posadas, y en 2017 su talento le valió la primera convocatoria al Seleccionado Misionero, convocatoria que repitió por tres años más.
Después de dos temporadas con Ciudad se mudó al CAPRI donde comenzó a competir con la Séptima, el año pasado se consagró campeona invicta con el Sub 14 del club de Villa Cabello y fue reconocida como deportista destacada de la temporada pasada.
A la par siguió viajando con la casaca de Misiones, donde cosechó aplausos de propios y extraños.
Hasta que en octubre dijo presente, otra vez con Misiones, en los Juegos Evita 2019 donde, mate en mano, su papá Fabio Ferreyra charló con algunos entrenadores de Buenos Aires para que Damaris se sume a algún equipo bonaerense.
“Yo tenía pensado irme a Buenos Aires, ansiaba llegar a jugar en otro lado”, contó Damaris a EL DEPOR. Su papá tomó esa idea y la puso en acción.
Se hizo de un par de números y con la familia, ya en Posadas, analizaron las opciones.
“Me fui a probar a otros equipos, hasta que fui a Italiano. Entrené un jueves, salí y le dije a mi papá que me quedaba”, recordó Damaris.
La prueba fue a fines de noviembre del año pasado, pero sus papás pusieron como condición que termine primer año de la secundaria. Después se fue a Buenos Aires.
“Me quedé todo un mes y los entrenadores llamaron a mi papá y le dijeron que me querían entrenando acá (en Italiano) en 2020”. Y así fue.
El 6 de febrero pasado, Damaris se tomó un avión y se fue a Baires para sumarse a Italiano. “Siempre lo tuve como posibilidad pero no pensé que iba a ser tan pronto, lo esperaba para uno o dos años más, cuando fuese un poco más grande”.
Su mamá llegó un par de días después para encargarse de la inscripción en la escuela y acomodar todo para la joven que este año vivirá con unos tíos en San Martín.
El viaje hasta Villa Lugano es de media hora en los días con poco tránsito o de una hora cuando el camino está más congestionado. Pero todo sea por cumplir un sueño. Y Damaris tiene varios.
“Yo creo que el deportista nunca termina de cumplir sus sueños. Porque siempre está pensando en algo más. Creo que en Misiones había llegado a mi techo y, además, a mí se me hace aburrido estar siempre en el mismo lugar. Entonces todo este cambio me parece super bueno”, dijo.
Será un gran cambio: de club, de amigos, de escuela. De todo. “Voy a empezar una vida nueva y acá me quedan un montón de cosas por cumplir. Primero tengo que ser una de las mejores del equipo y me puse como meta que en tres años tengo que estar, por lo menos, en una convocatoria al seleccionado. Lo que más ansío es jugar en Las Leonas, pero mi meta también es jugar en el exterior y que las marcas más reconocidas del hockey sean mis sponsors”.
Para cumplir todos esos objetivos, Damaris arrancó el 2020 con todo. La pretemporada está a full en Italiano y ya pasó por el ritual del “bautismo”.
“Nos tiraron huevo, harina, tuvimos que comer manzana con mostaza, miel y dulce de leche”, contó entre risas. “Cada una de las chicas de la Séptima tiene una madrina de la Sexta, la mía es Iara Trivisonno, es un amor de persona, re buenita”.
A los pocos días de estar en el club se hizo una selección y Damaris quedó en el equipo de la A de la Séptima. “Fue un desahogo enorme, porque muy pocas quedan en la A, es muy difícil y yo lo pude hacer. Estoy re contenta”.
Ya anduvieron de gira, con entrenamientos en doble turno. La semana pasada viajaron a General Belgrano, a dos horas y media de Villa Lugano, donde “entrenamos muy duro en doble turno, fue lindo para conectar con las chicas y estar dentro del equipo. Ahora termina la primer parte de la pretemporada y empieza la segunda donde vamos a afilar cosas para el Metropolitano porque arranca entre el 14 y 21”.
Con la cabeza puesta en lo que se viene y en las metas que se puso para su carrera, ni bien arranque la temporada, Damaris se calzará la 33, se pondrá las canilleras y agarrará el palo. Llega la hora de salir a la cancha, donde va a demostrar lo que sabe.