“Para mí es un orgullo haber pertenecido al Regimiento de Granaderos a Caballo. Siento un gran honor haber sido parte, y ahora, conformar la Unidad Nacional de Granaderos. Fue algo que marcó muchísimo mi vida, me instruyó a ser una persona de bien”, reflexionó Cristian Castillo, un exgranadero residente en Puerto Iguazú, mientras se apresta a participar en el tercer encuentro con excamaradas de diferentes promociones, que se realiza hoy y mañana, en Yapeyú, Corrientes, en ocasión del 242 cumpleaños del Padre de la Patria (25 de febrero de 1778).
Supo que había una incorporación a las filas del Ejército Argentino e ingresó al Regimiento de Monte XII de Puerto Iguazú, el 3 de marzo de 1999.
“Tenía 19 años, me llamó la atención y me acerqué a cumplimentar los trámites para ingresar a la fuerza. El destino inicial era Comodoro Rivadavia pero como tengo una estatura superior a 1,75 metros, y los granaderos siempre fueron de estatura elevada, me seleccionaron entre los 150 del grupo, junto a otros tres de Misiones”, rememoró.
Citó a Irineo Bonchoroski, de Puerto Iguazú (ya fallecido); a Ramón Mereles, de Puerto Libertad, y a un joven de Puerto Esperanza, cuyos datos no recuerda.
“Ingresamos como cualquier soldado que se incorpora al Ejército. Hicimos el nivel de instrucción básico en el Batallón de Ingenieros 601. Nos prepararon con instrucciones de armas como para defensa del presidente de la república”, acotó.
Permaneció en el Regimiento de Granaderos durante un año y medio, durante el gobierno del expresidente Fernando De La Rúa.
“Me trasladaron a la Quinta de Olivos, donde nuestra obligación era ser escolta presidencial en la misma Quinta o en Casa de Gobierno, además de participar de los desfiles propios de las fiestas patrias. Nunca tuve contacto con De La Rúa, siempre fui un escolta a distancia, cuidando la integridad del presidente. Por lo general, los soldados no tenemos contacto directo con los primeros mandatarios”.
Sostuvo que para ser granadero “hay que tener un poco de práctica y manejar la mente para estar, por ejemplo, dos horas apostado en un monumento al General, que está en Retiro, donde viene la gente, te saca fotos, te hace chistes. Uno trata de estar como hipnotizado durante ese tiempo que está de custodia del monumento. Se torna difícil durante los primeros tiempos, pero después uno se acostumbra. Cuando más pasa el tiempo, más te acostumbras a estar hipnotizado. No prestar atención a la gente, sino a ocuparse de cumplir con nuestro deber”.
Después de alejarse del Regimiento, por cuestiones familiares, Castillo se hizo camionero.
“Si bien sentí que cumplí un ciclo, fueron problemas familiares los que me hicieron regresar a la tierra colorada. Me vi afectado, y volví”, dijo.
Hasta hace seis meses condujo camiones de transporte de cargas, y por estos días se dedica a la actividad turística. En la tierra de las Cataratas formó su familia junto a Rosana Carolina Méndez Ferreyra, y es padre de Mayra Magalí, Mayara Belén y Maytena Abril.
“Estoy agradecido a la vida, no me puedo quejar”, acotó quien nació en la localidad de San Antonio -donde comienza la Patria-, y hace 33 años se radicó en el barrio Villa Alta, de esta ciudad turística.
Aunque cree que “el soldado nunca deja de ser soldado. Todos los días de mi vida extraño mi época de soldado. Si la Patria me necesitara, allí estaría. Hice un juramento. Juré a la bandera en el Regimiento, que no es lo mismo que hacerlo en cuarto grado. Uno se siente como un soldado en actividad”.
Jornadas de camaradería
Un compañero suyo conformó recientemente la Unidad Nacional de Granaderos, una organización sin fines de lucro que pretende revalorizar las máximas de San Martín y reunir a los servidores de la patria en una gran familia. Desde hace tres años, organiza un evento que se desarrolla entre el 23 y el 25 de febrero, en Yapeyú, junto a todos los exgranaderos de las diferentes clases de todo el país “presentes en momentos históricos de la República”.
Castillo asistió a la segunda, en 2019, y a partir de hoy, acompañado de su familia, formará parte de la tercera edición.
“Como en todas las cosas, el primer año fueron menos, y después se fueron sumando. Se hace una fiesta grande en Yapeyú. Este evento fomenta la economía del lugar, porque una semana antes ya no hay hospedaje disponible en la zona. Es como cuando estamos temporada de turismo en Iguazú, todo está colmado. El que quiere ir a Yapeyú tiene que llevar su carpita porque no hay lugares”, comentó.
Lejos del uniforme que los caracteriza, hizo extensiva la invitación porque “debe haber más granaderos en Misiones pero todavía no se dieron a conocer, no se registraron en la Unidad. Es un evento nuevo, cada granadero va teniendo contacto con su camarada-curso y nos vamos comunicando. El año pasado también participó Carlos Otto, de Eldorado. Éramos los únicos de Misiones”.
Durante su estadía, los exgranaderos participarán en un desfile, de la cantata al General, efectuarán homenajes y entregarán reconocimientos tanto a exCombatientes de Malvinas, como a los abanderados y escoltas de las escuelas de Yapeyú, “por su mérito en los estudios”.