Si bien es trabajo, es como vivir de vacaciones. Lo experimenta la posadeña Bella Fazio (35), quien lleva casi veinte años dando vueltas por el mundo. Apenas terminado el colegio secundario, viajó a los Estados Unidos mediante el programa Aupair in America que permitía vivir en casas de familia -sos como una hija más- por el lapso de un año y, eventualmente, trabajar como niñera. Y nunca más volvió a vivir en su país de origen. A esta altura cree que es algo prácticamente imposible después de palpar tantas oportunidades.
“Mamá y papá le dieron esta posibilidad a mi hermana más grande, después a mi, y luego a mis dos hermanas menores. Como eramos chicas, era la única manera que nos permitieran irnos y conocer otro lugar, otra cultura, estando dentro de un ámbito familiar”, manifestó esta exalumna del colegio San Basilio, vecina del barrio El Palomar.
De esta manera, permaneció en el país del Norte por el lapso de un año y medio, luego en Inglaterra durante tres años, volvió a Argentina y viajó a Nueva Zelanda. “Estuve allí diez años y soy ciudadana, lo que me permite vivir y trabajar al igual que en Australia, donde estoy hace dos años junto a mi novio, Matías Cestona. Mi hermana más grande y la más chica viven en Australia. La que me sigue es la única que regresó a Buenos Aires. Mi papá, Bernardo, sigue en Posadas mientras que mi madre, Graciela, reside en España”.
Bella trabaja como agente estudiantil, procesando visas para las personas que quieren trabajar y estudiar en el exterior, sobre todo en países como Nueva Zelanda, Australia e Irlanda. En sus listas maneja muchos nombres de chicos de Misiones además de estudiantes del resto de Argentina, Chile, Uruguay, México, Colombia y Perú. La agencia educativa para la que trabaja desde hace más de cinco años se denomina studytripnz.com. Desde allí también tramitan el programa Aupair in America.
En Argentina, estudió psicología social a distancia, y en Nueva Zelanda trabajó como instructora de fitness. “Me entrenó el gimnasio para el que trabajaba, porque toda la vida jugué al hockey así que el deporte es algo que me gusta mucho”, admitió. No se imagina volver a vivir a la Argentina junto a sus hermanas. Es que “tengo 35 años y la mayoría del tiempo estuve viviendo afuera, en países donde se lleva un estilo de vida muy bueno, donde se vive súper tranquilo y se gana bien, lo que te permite vivir bien, disfrutar, poder irte de vacaciones. Nosotras alternamos: un año volvemos a Argentina, un año vienen mis padres y mi hermana que está en Buenos Aires. Cada dos año volvemos a Argentina. Y al otro año, viene nuestra familia”, señaló.
Al principio fue raro para Bella. Como decir “estoy en Estados Unidos un año sola. Pero me adapté súper rápido. Siempre me gustó hablar en inglés y siempre quise vivir en lugares donde se hable ese idioma. No me costó adaptarme. En ese momento no había WathsApp, ni Skipe, no era tan fácil como hoy en día que parece que estás en el mismo lugar”.
Confió que jugando al hockey -En Posadas, en el Rowing Club, luego en USA, Inglaterra y Nueva Zelanda-, “fui cambiando de lugar, conociendo distintos equipos, personas, eso hizo que me acostumbrara a ese tipo de cultura. Sobre todo en Estados Unidos e Inglaterra donde casi no había argentinos en los lugares donde vivía. Lo mismo pasó en Nueva Zelanda. Los primeros años que estuve ahí no era muy común ver a latinos o a argentinos. Actualmente hay muchas más personas que vienen a vivir, entonces es como más fácil”. Lo que más extraña es la comida, las empanadas, aunque es vegetariana, y de vez en cuando se da el gustito de saborear un alfajor. Con el mate no hay problemas porque a esta altura es fácil de conseguir yerba mate en los supermercados. Ahora, “hay latinos y argentinos, y el hecho tener a mi novio y a mis hermanas cerca, hace que no se extrañe tanto a mi país como en otro momento”.
Muy popular en Australia
Lo interesante es que hace cuatro años “hacemos housesitting” en tiempo completo, que es algo muy popular en Australia. Es una modalidad que te permite cuidar casas a cambio de alojamiento gratuito. Explicó que las familias que buscan a alguien que cuide sus casas hacen una especie de posteo en una página sobre la casa que tienen, los animales que hay que cuidar y el tiempo a permanecer en la vivienda. “Uno aplica y ellos te eligen. No es un trabajo porque no te pagan pero el beneficio es tener alojamiento gratuito, que es un gran beneficio porque es el mayor gasto que uno tiene”, señaló.
Pero, además, “nosotros trabajamos full time en nuestros trabajos, pero nos permite vivir en distintas ciudades o, el último año, en la misma ciudad, a cambio de vivir gratis. Durante el 2016 y 2017 vivimos en Nueva Zelanda, en todo Auckland, en distintas casas, y en Australia, el primer año en Melbourne y luego toda la costa Este del país, y por estos días sólo cumplen tareas en Gold Coast y Brisbane, en el Estado de Queensland”.
Lo bueno es que, además de vivir en lugares increíbles, casas increíbles, “tenes el contacto con los animales si es que te interesan. En nuestro caso los amamos pero es difícil tenerlos porque nos movemos constantemente”. De esta manera, “tenes la posibilidad de ahorrar dinero mientras trabajas, y realmente podes ahorrar mucha plata y en el tiempo que no estas haciendo housesitting podes viajar y conocer distintas partes del mundo”.
Este año, “venimos por dos meses a Argentina, viajamos por México y Colombia. En agosto, septiembre y octubre del año pasado estuvimos en Europa. Y los años anteriores en Nueva Zelanda visitamos casi todas las islas de pacífico. Te permite viajar y conocer otras partes del mundo sin tener casi gasto”.
Por lo fácil que parece, muchos se preguntan si el housesitting es un trabajo, y sí lo es. Hay que registrarse en una sitio web, buscar ofertas y postularse. También hay responsabilidades que cumplir que varían de acuerdo a las requisitorias de cada dueño: pueden darse desde regar las plantas hasta cuidar de sus mascotas, que por lo general son muy variadas. Es así que la pareja lleva sus pertenencias, “nos instalamos y vamos en auto para poder hacer un poco de turismo”. Por lo general, los esperan residencias grandes, con pileta, varios autos e increíbles vistas- “La calidad de vida en Australia es maravillosa. Los dueños de este tipo de viviendas viajan mucho y no quieren dejar su hogar solo ni tampoco a sus animalitos”, dijo Bella, al tiempo que agregó que “la idea es hospedarse, cumplir con las tareas y salir a descubrir cada rincón. Como agente estudiantil trabajo full time desde una computadora por lo que se hace indispensable una buena conexión de Internet”.
Lo bueno del caso es que “jamás tuvimos un problema: ni con los dueños, ni en las viviendas que cuidamos. Tampoco nos molesta mudarnos todo el tiempo. Somos nómades”. Por el estilo de trabajo que tiene Bella puede cumplir con esta modalidad sin problemas. Matías, en tanto, al mudarse de ciudad tiene que cambiar de trabajo constantemente, pero al haber mucha oferta para un técnico electromecánico, no se complica conseguirlo.