Un empresario oriundo de Santo Antonio, Brasil, y dedicado al rubro venta de maquinaria y repuestos hidráulicos, denunció en las últimas horas que fue torturado por personal de Gendarmería Nacional.
La presentación penal fue radicada por su abogado, Roberto Boilini, ante la Fiscalía de Instrucción de San Vicente.
Según fuentes del caso, la víctima, de 41 años, fue detenido por orden judicial y en el marco de una investigación cuyo sumario aún no fue elevado al Juzgado de Instrucción 3 de esa misma localidad.
En base a los dichos del denunciante a través del letrado, su aprehensión se produjo el pasado viernes 31 de enero por personal de la Sección Gendarmería de Bernardo de Irigoyen, en averiguación de un delito de robo calificado en el que supuestamente debía haber un arma de fuego. Luego fue trasladado a la dependencia de la citada fuerza federal, donde llegó esposado.
Fue allí, según relató su abogado en la denuncia, que comenzaron a propinarle golpes de puño y patadas en la zona abdominal, en las costillas, y luego con ambas manos uno de los efectivos le pegó en los oídos, lo que le causó terribles dolores.
De acuerdo a lo que habría referido el empresario, lo agredían sentado en una silla y tirado en el piso, todo ello con el propósito de que hable respecto del lugar dónde supuestamente estaba el arma de fuego que buscaban y que lo incriminaría en la causa.
Certificados disímiles
En su denuncia, el empresario agregó que estaba en nuestro país porque acompañó a un conocido a realizar un trámite. Luego de ser agredido dijo que lo llevaron al hospital local, con el objetivo de que le realicen un examen para emitir un certificado médico. Según expresó el denunciante, una vez en ese nosocomio, una médica le extendió dicho diagnóstico sin revisarlo y aparentemente dejando constancia de que no tenía ningún tipo de lesión.
Cumplida dicha diligencia y antes de dejarlo a disposición de la Policía de Misiones (por una cuestión de competencia respecto al delito por el cual lo acusaron), lo llevaron nuevamente al hospital para revisión médica y fue recién allí que un facultativo dejó constancia de las lesiones, precisó el abogado. Es decir que hubo dos certificados médicos, según explicó en su denuncia el representante legal.
Al ser trasladado a la comisaría de San Pedro, el empresario ratificó que las lesiones fueron causadas por los golpes que le propinaron mientras estuvo detenido en la mencionada sede de Gendarmería.
Los hechos fueron expuestos por la víctima en esa seccional, según indicó el letrado defensor, quien agregó que la tipificación legal del hecho, “a prima facie debe ser la figura del tipo penal que se corresponde con la prevista y penada que dice que será reprimido con reclusión o prisión de ocho a veinticinco años e inhabilitación absoluta y perpetua el funcionario público que impusiere a personas, legítima o ilegítimamente privadas de su libertad, cualquier clase de tortura”.
En ese sentido, precisó en su denuncia que “se entiende como tortura a todo acto por el cual se infrinja intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sea físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión de castigarla por un acto que haya cometido o se sospeche que ha cometido o de intimar o coaccionar a esa persona o a otras”.
Finalmente, aclaró que “su cliente y víctima de las agresiones está dispuesto a ser citado y declarar sobre los hechos denunciados”.
Una de las primeras medidas de la citada fiscalía fue ordenar que el empresario fuera revisado nuevamente y esta vez por un médico del Cuerpo Forense de San Vicente. Los investigadores aguardaban el resultado de los facultativos.
Citación a los médicos
El abogado de la víctima solicitó a la Justicia que ambos facultativos, quienes de acuerdo a la denuncia emitieron certificados disímiles, sean citados para declarar, indicaron las fuentes consultadas.