La seguridad de los vehículos que quedan en el estacionamiento del aeropuerto “Libertador General San Martín” de la capital provincial sigue estando en el ojo de la tormenta, porque luego de la nota que publicara PRIMERA EDICIÓN el último miércoles fueron varias las voces que se sumaron a los reclamos en el mismo sentido y que fundamentalmente apuntan a la empresa que cobra por ese servicio pero que “deslinda su responsabilidad ante algún tipo de inconveniente”.
“Me siento estafado como ciudadano, porque debo pagar por algo que no me brinda ninguna contraprestación. Dejo mi auto en el estacionamiento al menos tres veces por semana porque vengo al aeropuerto a buscar a visitantes y cada vez está más inseguro”, dijo Alberto Acosta a este Medio.
Luego detalló que “hace un par de semanas atrás, cuando encaré para el estacionamiento con las valijas había una persona tratando de abrir la cobertura de la caja de la camioneta, me aproximé y salió corriendo. Revisé y no alcanzó a sacar nada, pero me acerqué para preguntar si había algún guardia en la casilla del concesionario y me dijeron que allí no hay nadie, que debía pedir adentro del edificio del aeropuerto, cuando en realidad ellos debían resolver ese tema”.
Por la noche la zona de acceso al predio muchas veces se encuentra a oscuras porque las jirafas no funcionan. “Conozco otros aeropuertos del país y la verdad que acá falta mucho en infraestructura. No puede ser que no existan estacionamientos cubiertos a esta altura, al menos debería ser una opción. Los días de lluvia es imposible bajar y no mojarse por el trayecto que hay que hacer con las valijas. Te cobran para estacionar pero no realizan ningún tipo de obras para mejorar”, señaló también Ramón Venialgo, ingeniero que suele visitar la provincia a menudo.
No queda nadie
Para el empresario José Francisco Wipplinger, la situación en el estacionamiento del aeroparque posadeño es “lamentable, se podría denominar un ‘curro’ porque no se puede cobrar a cambio de nada. La contraprestación es cero, completamente nula, no hay ningún tipo de garantía que al auto que uno estaciona por lo menos lo van a cuidar, no quedan a resguardo de nada sino expuestos al sol, a la lluvia, granizo y a cualquier robo”.
Wipplinger resaltó que tuvo la oportunidad de plantearle su queja a Pablo Ratti – propietario de la concesionaria del estacionamiento- y “él (Ratti) me dijo que no tiene ninguna responsabilidad, que no me da seguridad en caso que dañen o roben mi auto ni a cualquier persona que pague y estacione allí. ‘No soy responsable’, dijo y eso es una vergüenza que ocurra porque tiene que haber un correlato con lo que recaudan. Son unos privilegiados y este tipo de situaciones son las que afectan al país”.
De noche “no queda nadie en el predio, así me respondió al empleado de la casilla. Sin embargo hay autos que quedan allí por días estacionados sin ningún tipo de custodia”.
Actitudes que restan
En la publicación del último miércoles se expuso también la falta de inversión en las obras de infraestructura que habían sido prometidas por el Gobierno nacional a efectuarse en catorce aeropuertos del país y entre los que figuraba el de Posadas pero donde nunca se concretaron.
En ese contexto, Aeropuertos Argentina 2000, que administra y opera 35 aeropuertos en el país, licitó obras en varios de ellos y generó mejoras, como estacionamientos cubiertos (pagos) y hasta otros con espacios gratis durante dos horas, en el caso de Ezeiza.
Posadas pareciera todavía muy lejos de conseguir las obras de infraestructuras para que su aeropuerto pueda modernizarse y actitudes como las del concesionario del estacionamiento donde no se piensa en los demás, sólo restan.