“El dengue es una enfermedad ambiental social que está relacionada a costumbres, formas de acumular agua, de no tenerla, de tratar la basura, de recolectar los cacharros. La ciencia puede buscar respuestas y encontrar vacunas, pero si no hay una modificación ahí, no hay nada mágico”. Con estas palabras, el biólogo especializado en insectos que transmiten y provocan enfermedades -especialmente el Aedes aegypti- Fabricio Tejerina insistió en que las problemáticas vectoriales deben ser abordadas desde diferentes aspectos para la promoción de la salud.
En una charla con PRIMERA EDICIÓN el experto también analizó y desmitificó algunas creencias que circulan, especialmente en las redes sociales, para controlar la proliferación del vector.
“Hay que apostar a una base científica fuerte que ayude a tomar las mejores decisiones, como así también tiene que existir sinergia e intercambio de conocimientos entre las instituciones que investigan y las instituciones que aplican políticas de salud en la planificación de los programas de enfermedades vectoriales. Sin ciencia no hay buena salud”, remarcó el biólogo.
“Hay plantas aromáticas factibles de usar como repelentes de insectos, pero eso no garantiza que no te pique un mosquito infectado. Uno puede tener todas las medidas de protección posibles en sus casas pero cuando salen al trabajo, la escuela o cruzan la frontera se está expuesto a que un mosquito que haya picado a una persona con dengue te pueda contagiar”, refirió el investigador en el marco de una extensa entrevista.
Para Tejerina, hay poco de verdad en los mitos que circulan para hacer control del vector. “Ocurre que lo que se necesita es disminuir la cantidad de mosquitos. Entonces empiezan a surgir algunas ideas, un tanto mitológicas, de cómo controlarlo: cría de sapos, murciélagos, crotalarias (porque atraen las libélulas) y las plantas aromáticas en general. Nada de esto tiene sustento científico”, remarcó.
Algunas precisiones
Tejerina explicó que “el sapo tiene un ciclo acuático y terrestre por ser anfibio y su alimentación se basa en insectos, pero no de mosquitos Aedes aegypti exclusivamente. El sapo anda en el patio y el Aedes tiene hábito domiciliario más que los perros, entonces normalmente está dentro de los hogares y eso es hace que sea muy poco lo que el sapo pueda consumir. En el patio se alimentará de cascarudos, cucarachas, que es muy importante, pero no para controlar proliferación de mosquitos. Ni siquiera ayuda en el control del vector cuando desova, porque en su estado inmaduro como renacuajo come bichos, pero el sapo no pone los huevos en los mismos recipientes donde está la larva del mosquito, entonces tampoco comparte el nicho ecológico y es ficticio que controle. Es bueno cuidar y no matar a los sapos, pero con eso no se va a prevenir el dengue”.
Con respecto a los murciélagos, ahora con el problema de la rabia (hasta los omnívoros e insectívoros), tampoco es una solución para que coman los Aedes.
La crotalaria, que es una planta que crece donde hay libélulas, “es otro mito. Si bien la libélula tiene ciclo de vida acuática cuando es ninfa, no es verdad que si se planta crotalaria la libélula vaya a poner sus huevos donde hay agua para que sus ninfas coman mosquitos, porque es mucho más campestre que el mosquito y no comparte ambiente con él. Este último pone huevos en recipientes artificiales y la libélula no”.
“Si bien las plantas aromáticas en general son repelentes de insectos, eso tampoco garantiza que los mosquitos no van a estar”, insistió el especialista (ver nota vinculada).
Finalizó el biólogo: “El virus del dengue es un virus bien adaptado porque puede estar en un mosquito que tiene millones de años antes que los mamíferos y en los dos (insecto y mamífero) se replica. Por eso es muy difícil de hacer una vacuna, porque su estructura, aunque es muy chiquita, es muy compleja y por eso puede adaptarse a dos organismos totalmente diferentes y sufre miles de mutaciones. De ahí la dificultad de desarrollar una vacuna. Lo que sí se puede hacer ya es no dejarle ambientes propicios para que se desarrolle”.
“Ideas mitológicas”
Se necesita disminuir la cantidad de mosquitos. Entonces empiezan a surgir algunas ideas, un tanto mitológicas, de cómo controlarlo: cría de sapos, murciélagos, crotalaria… pero según la ciencia, no tienen sustento.
Divulgador
Fabricio Tejerina forma parte de una red de mosquitólogos en la que intervienen prestigiosas instituciones cuyo objetivo fundamental es optimizar la aplicación de estrategias y el uso de herramientas para el manejo de poblaciones de insectos plaga. Es Centro Colaborador Internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS/OPS) en el control y manejo de poblaciones de vectores de Chagas y Dengue. Está constituido por investigadores formados en química y biología y por técnicos y administrativos del CONICET que posibilitan la ejecución de los proyectos.
“Hacemos jornadas donde ponemos actualizaciones de experiencias en diferentes ámbitos donde nos desarrollamos (público y privado) en el marco de las cuales venimos informando todo lo que tiene que ver con la biología del vector, lo que tiene que ver con el vector y la sociedad, el control químico y biológico, que es algo que venimos divulgando”.
Destacó Tejerina: “Se está rearmando la Red Latinoamericana”.