Posee un reglamento muy rígido con penalidades ante cualquier conducta antideportiva. Inculca en su juego valores como la solidaridad, el esfuerzo y el respeto.
El individualismo es subyugado al equipo. Es un deporte inclusivo, ahora con gran entusiasmo hay rugby femenino.
Y también en las cárceles a fin de poder reencausar socialmente a reos.
Personalmente me dio amigos de fierro y recuerdos imborrables, pero hoy me embarga una gran tristeza por el hecho de gran violencia con una muerte de un joven, provocado por un grupo de jóvenes que practicaban rugby.
Seguramente su club, sus entrenadores que dejan la vida en este amateurismo, se encuentran consternados.
Ellos seguro les enseñaron todo lo contrario a un violento proceder. Igual que otros entrenadores de otros deportes.
Culpar al rugby y olvidar la contención social que hace este deporte en todo el mundo sería nada menos que injusto.
Merecemos tener conciencia de todos los vicios contra los cuales se enfrenta el rugby y la familia. Haciendo su mayor esfuerzo y dedicacion, algo que yo llamo amor… amor al prójimo.
Diego Lafuente
Exrugbier