Desde hace seis años, Enrique Cabrera se dedica a restaurar y reciclar aquellas bicis que son descartadas. Con un toque de arte y mucho estilo, las transforma en un tradicional tándem, un modelo cuya popularidad inició en la década de 1890.
“Normalmente las saco del basurero o del desarmadero. Las llevo a mi taller y selecciono las partes que me sirven. Luego las armo y renuevo, mi intención es que vuelvan a circular en la calle”, detalló el joven a PRIMERA EDICIÓN.
Apasionado por las bicicletas, su proyecto surgió con un objetivo: “Que las personas no videntes o con disminución visual puedan pasear en una bici”, explicó.
Pero además Cabrera, quien se dedica a la herrería artística, logró diseñar manubrios ergonómicos para estos vehículos, que permiten una altura superior a la normal y eso sirve para mejorar la postura del ciclista, “quien viajará con mayor comodidad”, aseguró.
Para el profesional, uno de los fundadores del “Bici Espacio” e integrante del grupo “Masa Crítica”, su mayor felicidad “es ver una bicicleta restaurada por mí en la calle”.
Darle vida a las ruedas
En 2014, Enrique Cabrera comenzó a estudiar herrería artística en la Escuela para Adultos Nº 60. Allí, la mayoría de sus compañeros diseñaban parrillas y sillas. Pero él quería hacer bicicletas dobles.
“La primera que creé fue con la ayuda de mi profesor”, recordó el herrero artístico.
Y siguió: “Ese día salí a pasear con un amigo en el tándem creado en el taller: él se sentó atrás y cerró los ojos, me dijo ‘que fantástico es andar en bici con los ojos cerrados’. Y pensé que sería de gran ayuda para las personas no videntes. Creo que las mejores cosas surgen de casualidad”.
Ese mismo año comenzaron a brindar paseos por la costanera con “tres bicicletas dobles que pude armar. Como no contaba con apoyo, me costaba trasladar todas las bicis y también arreglarlas”.
Entonces, contactó con un club y logró establecer paseos con personas no videntes. Hasta que con el tiempo “me di cuenta que era más fácil coordinar con los chicos. Y lo hice hasta 2019”.
Actualmente, Enrique pasea con su amigo David, quien es no vidente. “Para mí lo más lindo del ciclismo es que haces grandes amistades, como la que tengo con David. Cuando paseamos vamos charlando de la vida. Y se genera mucha confianza”.
Además de herrero artístico, Enrique se considera un bicicletero, “porque a mis clientes los asesoro, les explico el funcionamiento correcto y también el mantenimiento que deben realizarle al rodado. En mi taller siempre van a aprender un poco más sobre esta enorme pasión que son las bicicletas”.
Consejos
Para circular con mayor seguridad, Enrique recomienda:
Al ciclista: de noche salir con iluminación, controlar el estado de la bicicleta (freno y que no se le salga la cadena). No circular por las veredas, tampoco cruzar el semáforo en rojo y no ir escuchando música.
Al automovilista: pasar al ciclista a una distancia de un metro y medio, no tocar bocina y que tenga cuidado al abrir la puerta.