El acroyoga es una disciplina de gran belleza plástica que proviene de una fusión entre la gimnasia acrobática, el yoga y el masaje terapéutico.
Iván Bachmann y Debora Almirón, especialistas en esta actividad, afirman que uno de sus grandes beneficios es la posibilidad de desafiar los límites propios y de vencer temores.
Es una disciplina que te brinda el conocimiento de tu propio cuerpo. Donde descubrís cuáles son tus fortalezas y debilidades, pero también te permite saber hasta dónde podés ir para lograr superarte”, Debora Almirón
Consiste en dibujar posturas entre dos personas utilizando el cuerpo como única herramienta. Como si se tratara de una delicada danza en la cual dos personas se funden, sienten y miran por el otro. Y para lograrlo la compenetración debe ser plena.
Si tenemos la posibilidad de asistir a una clase de acroyoga nos encontraremos con un grupo de personas conectadas entre sí, bajo una atmósfera de empatía y amistad. Porque en cada práctica “se cultiva la confianza, el empoderamiento y otros aspectos físicos, psíquicos y emocionales”, detalla Iván.
Y cuando inician las actividades, cada participante ocupa un rol:
– La base: “Es la persona que desde el suelo y mediante la fuerza de sus piernas y brazos, mantiene al volador en el aire”.
–El volador: “Es quien realiza posturas y flows”.
– El cuidador: “La persona encargada de controlar y cuidar los movimientos de los participantes”.
Y si bien es una práctica divertida y energizante, “también trata aspectos terapéuticos, que incluyen los estiramientos y masajes. Aspectos provenientes del yoga, como las asanas, la conciencia en la respiración y postura, el alineamiento y activación del cuerpo”. Y esto es la esencia del acroyoga.
Debora lo define de la siguiente manera: “Es la unión con uno mismo y la unión con los demás. Aprendemos a conocernos, nos exploramos, vamos descubriendo lo que podemos hacer y hasta dónde podemos llegar.
Conocemos al otro, generamos vínculos, jugamos a través del movimiento, nos cuidamos y nos confiamos mutuamente. Es una disciplina que te brinda el conocimiento de tu propio cuerpo; mis fortalezas y debilidades, hasta dónde debo ir para poder lograr superarme”.
Experimentar una práctica de acroyoga es multidimensional. Y no todas las clases son iguales, usualmente se realizan rutinas de diversas figuras, tales como las:
1. Asanas: Son posturas fijas por lo que permite aumentar la fuerza, la flexibilidad y la coordinación de una manera progresiva y segura.
2. Partner Flow: Significa “fluir en pareja” y se trata de una secuencia creativa de posturas, movimientos constantes y estiramientos beneficiosos para ambos.
3. Los Pops: son movimientos con pequeños saltos, generados desde la base.
4 Los Wips: que significa “látigos”, son transiciones dinámicas que aprovechan el impulso, emitido desde la base, para crear fluidez en los movimientos del volador.
Con respecto al entrenamiento, Debora nos contó que dedica “gran cantidad de tiempo. Y por supuesto, respetando los descansos que el cuerpo necesita”. Por otro lado, aclaró que es conveniente “llevar una buena alimentación y cuidado del cuerpo. Suelo complementar el acroyoga con pilates y gimnasio”. Y destacó que “al entrenar en pareja tiene que existir comunicación y conexión, tenés que conocer al otro para avanzar en la practica con tu compañero/a”.
Dos amigos y una pasión que los une
Iván Bachmann es Analista de Sistemas pero su verdadera pasión es la actividad física, sobre todo “las que no son muy conocidas”.
Es especialista en Rollers Slalom y actualmente entrena artes de circo como: Tela aérea, Hand Balancing (disciplina en la cual se realizan diferentes figuras, parándose en las manos) y el acroyoga, la cual dicta clases.
Sin duda su amor por las actividades físicas lo llevó a estudiar la carrera de Tecnicatura en actividades físicas, en el Instituto Montoya.
Debora Almirón es Técnica en Actividades Físicas, entrenadora personal, instructora de pilates reformer y mat. Actualmente es estudiante del profesorado en Educación Física.
Dicta clases de acroyoga y pilates, en dos estudios. Tanto Iván como Debora disfrutan del acroyoga, una pasión que los une.
Por
Susana Breska Sisterna
[email protected]
Producción fotográfica: M. Colman