En septiembre de 2016 fue condenado a doce años de prisión por ser parte clave de una banda que transportaba cocaína desde Ciudad del Este, Paraguay, hasta Montevideo, Uruguay. Gracias al estímulo educativo, en poco menos de cuatro meses podría gozar del régimen de libertad condicional.
A Diego César Ariel Toledo (42), el Juzgado de Ejecución Penal Federal de Posadas le redujo diez meses su condena por acumular durante once meses de 2019 certificados de haber cumplido los cinco períodos de la Escuela de Educación Secundaria a Distancia (ESA), un taller de dactilografía de un año, un taller por igual período de inglés, un taller de operador básico de computadora, también un año de Formación de Planificación y Gestión, otro año de asistente de hotelería y turismo y medio año de oficio para ser cajero bancario.
Por los siete certificados presentados y enviados al análisis del Ministerio Público Fiscal, la camarista integrante del mismo Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas, que lo condenó, como jueza de ejecución le concedió el beneficio de reducción de diez meses, por lo que técnicamente, a partir de abril próximo podría gozar de libertad condicional.
En condiciones
Según el fallo del 26 de diciembre pasado al que PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso, Toledo cumpliría las dos terceras partes de su condena el 13 de agosto del año 2021 según la condena de doce años como “organizador penalmente responsable del delito de transporte de estupefacientes en calidad de autor”.
Pero el 6 de noviembre a Toledo ya le había reducido en seis meses la pena por “el avance a través de las distintas fases y períodos de la progresividad del sistema penitenciario o estímulo educativo”.
Por lo que se encontraba en condiciones temporales de acceder a la etapa de libertad condicional a partir del 13 de febrero de 2021.
La Unidad Penal Federal de Candelaria presentó el 2 de diciembre pasado un acta que certificaría los logros educativos mencionados en 2019, que se sumó a la nueva petición de la defensa de Toledo ante la Jueza de Ejecución.
Operativo “Canelones”
La investigación que derivó en el desmantelamiento de la red que lideraba Toledo se inició en noviembre de 2012, con la detención de un gendarme argentino en la localidad uruguaya de Canelones, cerca de Montevideo, a bordo de un automóvil repleto de cocaína.
Ese exuniformado tenía registrados ingresos y egresos del país con destino a Paraguay que coincidían en fecha y hora con Toledo y Christian Jorge Czernecki (42), el otro condenado como “cabecilla” de la banda.
De acuerdo a los nueve meses de investigación que transcurrieron hasta agosto de 2013, Toledo alquilaba las camionetas que eran acondicionadas para cargar la droga y Czernecki las llevaba hasta Ciudad del Este y retornaba a Montevideo, Uruguay.
En plena mañana del lunes 12 de agosto de 2013 fueron interceptados en la ruta nacional 105, cerca de Fachinal, un automóvil con Czernecki y otros dos ocupantes, y una Peugeot Partner guiada por otro cómplice en la que se incautaron 61 kilogramos de cocaína.
Ese mismo día, a las 13.40, Toledo fue arrestado cuando intentaba abandonar el país rumbo a Encarnación.
En el inicio del cumplimiento de su condena, Toledo violó el régimen de prisión domiciliaria que le fue concedido porque sufre una patología en las córneas que le impide habitar sitios que no sean lo suficientemente limpios.
Pero le revocaron el beneficio por salir de la vivienda asignada, entre otros motivos, para ir a realizar prácticas deportivas como jugar al pádel.