“Que sea el mate una buena nueva, un canto a la amistad, un modo de amar y dar la vida” Nuestra Señora Gaucha del Mate. Susurran los labios de quienes cruzan frente a su ermita, en la Expo Yerba, lugar donde fue entronizada y bendecida el 9 de julio de 1994 y aunque son pocos los registros que existen sobre su historia, en la tierra del oro verde no debe pasar desapercibida.
“Su autor, el padre Domingo Lancellotti, la esculpió en madera, tiene una altura de unos 50 o 60 centímetros; lamentablemente nunca tuvo cartelería, y que yo recuerde, jamás se hizo algún tipo de ceremonia religiosa, salvo cuando fue entronizada, recordó el licenciado en Turismo Jorge Rendiche”.
Mientras que el apostoleño Mario Zajaczkowski apuntó que se trata de una imagen de la Virgen María sentada junto a un brasero cebando mate. Iniciativa de un grupo de laicos y sacerdotes de la provincia que promueven el reconocimiento de una nueva advocación de María bajo el nombre de Nuestra Señora Gaucha del Mate, patrona del MERCOSUR.
Y añadió que, cuando Juan Pablo II visitó Argentina se le convidó la infusión y obsequió mates. En un escrito que entregó a Monseñor Lino Zaniniel el 1 de mayo de 1993, puede leerse: “De todo corazón otorgamos la implorada bendición apostólica, bajo los auspicios de Nuestra Señora del Mate”. “Esta advocación no tiene su origen en una aparición o un hecho milagroso, como ocurre normalmente, sino que nació para cristalizar el amor que los argentinos sentimos por esta bebida que nos permite compartir charlas y buenos momentos”.
En esencia, esta es una forma de acercar a la Virgen al trajinar diario, pues el gesto de tomar mate es símbolo de familia, amistad, unidad, encuentro y compartir, un gesto humano, cristiano y argentino, aunque cada zona tenga sus particularidades a la hora de prepararlo, servirlo y beberlo.
La imagen de “Nuestra Señora Gaucha del Mate” fue creada por la pintora María Inés Rosñiski y representa a la Virgen como una pequeña y joven campesina, con ropa típica, trenzas en el pelo, sentada a la sombra de un árbol en medio de un campo abierto. Tiene un brasero a su lado y el mate entre las manos, ofreciéndolo. Una evangelización que infunde alegría, esperanza transformando el mismo ambiente de la vida de familia y social, que varios religiosos apoyaron, incluso monseñor Joaquín Piña, quien aseguró oportunamente que “tan encarnada la veo en la realidad de nuestra gente misionera, tan tomadora de mate, que es como la bendición de la tierra colorada de Misiones”.
Puede agregarse que conecta a esta porción argentina con su pasado, pues mate y su magia es herencia de los guaraníes, quienes ordenaban su vida según un principio de reciprocidad, porque consideraban que no era más rico el que más tenía sino el que mayor capacidad tuviera de compartir los bienes materiales y espirituales, por tanto, cuando descubrieron la yerba mate y la adoptaron como una pócima, decidieron que la tenían que compartir.
Oración a María del Buen Mate
Nuestra señora gaucha del mate
María del Buen Mate
Del mate de las frías madrugadas,
del mate de las tardes otoñales,
del mate de las noches de estudiantes,
del mate de la espera…
María del Buen Mate
del mate del amigo y del encuentro
del mate que reemplaza los almuerzos
del mate que calienta los inviernos,
del mate que reúne y que celebra…
María del Buen Mate
del mate oportuno en la visita,
del mate silencioso en los abuelos,
del mate espumoso de la rueda,
del mate que no hace diferencias…
María del Buen Mate
del mate que está siempre dispuesto,
del mate que nunca se resiente,
del mate que se alegra en ser usado,
del mate que se brinda a cada hora…
María del Buen Mate
enséñanos a tomar mate
que no sea el mate frío de la rutina,
que sea el mate del amor fraterno
que nos deje sabor a vida nueva.
Que no sea el mate “que pierde tiempo”
cuando hay otro que quiere compartirlo.
Que sea el mate que celebre siempre
al amigo oportuno que se acerca,
que sea el mate creador de espacios
donde el otro encuentre la paz y la confianza
que sea el mate que suavice las heridas
y acorte las horas de cansancio y soledades.
Que sea el mate una buena nueva,
un canto a la amistad,
una moda de amar y dar la vida.
Amén.
(Convento Cristo Rey, Esperanza)
Por el Padre Darío Rodríguez, misionero betharramita.