Una mañana cargada de tensión e indignación se vivió este lunes frente a la sede de la Escuela 621, en Cerro Corá, cuando un grupo de padres tomó el establecimiento para evitar que se dicten clases y, de ese modo, defender la permanencia en el cargo de una maestra denunciada por maltratar a algunos de sus alumnos.
Cerca del mediodía intervino el comisario local para desalojar a los manifestantes que impidieron la toma de recuperatorios, habida cuenta del derecho de los niños de rendir las materias que adeudan su aprobación para pasar de grado.
El caso, que tiene a la maestra de primero y cuarto grado como protagonista, es complejo. Sin embargo, ante el tenor de las denuncias siendo algunas de ellas muy graves, el Consejo General de Educación resolvió separarla del grado, para evitar el contacto con los niños que iniciaron la investigación.
Si bien la resolución de apartamiento fue elevada en octubre pasado, a la fecha la Dirección del establecimiento no cumplió con la medida. Por ese motivo, los papás denunciantes volvieron a reunirse la semana pasada con la Directora de Enseñanza Primaria, Dora Gallardo, quien determinó que la docente no podía seguir más frente al aula y que los alumnos debían hacer el recuperatorio de esta semana con la Vicedirectora.
Sorpresivamente, la maestra cuestionada tomó licencia el viernes pasado y el fin de semana, a decir de los afectados, se organizó el sector que la defiende para tomar la escuela ayer lunes, a fin de pedir que el CGE dé marcha atrás.
Entre las acusaciones que son investigadas por el organismo educativo, aparentemente la docente haría distinciones entre los niños a su cargo al momento de decidir a quién enseña y apoya, como de perseguir y castigar a otros.
Gabriela Mariño, madre de una niña que cursa cuarto grado y tiene a la maestra desde hace cuatro años, contó que su hija “siempre sufrió maltrato” incluso físico. Y que la niña nunca se había atrevido a denunciar por temor.
Norma Beatriz Figueredo, otra mamá, contó que por momentos su hijo se habría sentido “humillado”, al punto que lo cambió de institución.
Nora Silva denunció, en tanto, que su hijo no recibió maltrato físico pero sí habría sido psicológico, al punto que el niño no quiere ir más a la escuela. Natalia Sosa, mamá de otro alumno hace ya cuatro años con la docente cuestionada, también expuso inconvenientes surgidos contra su niño y reclamó “que se cumplan las medidas resueltas por el Consejo”.