Vecinos de esta localidad recurrieron a PRIMERA EDICIÓN para denunciar la misteriosa aparición de peces muertos en el arroyo León, que es uno de los más importantes e históricos de la comunidad y atraviesa varios barrios hasta llegar al río Paraná. La preocupación de los pobladores es que los peces hayan muerto por alguna contaminación y por ello piden la intervención del Ministerio de Ecología provincial.
Son los vecinos del barrio Fátima los que se expresaron más preocupados por el hallazgo de gran número de peces muertos en el curso de agua que atraviesa el asentamiento. Allí suelen pescar, muchas familias lavan sus ropas y, a la vez, es la única alternativa que tienen los niños para refrescarse en el verano.
“Nosotros recorrimos caminando el arroyo y encontramos que para arriba está más limpio, pero no sabemos cuál puede ser la razón por la que los peces están muriendo y tenemos miedo de que esté contaminado con algo peligroso para la salud de los niños que se bañan en el arroyo. Para arriba hay una almidonera y una curtiembre, pero no podemos saber si ahí se está contaminado, por eso nos gustaría que las autoridades se fijen qué es lo que pasa”, planteó a este Diario una vecina del barrio.
El arroyo León se forma en Colonia San Alberto con el desagüe de un bañado ubicado en el potrero de los descendientes del pionero Fernando Scherf. Transita en dirección Oeste y recorre varios campos, recibiendo diferentes aportes de aguadas y bañados para luego recién entrar en la colonia Línea León.
Tiene una longitud de 11,9 kilómetros en total, atraviesa la ruta nacional 12 unos 800 metros al sur del acceso a Puerto Rico, para luego entrar en la zona suburbana, atravesar varios barrios y terminar en el río Paraná, unos dos kilómetros aguas abajo de la zona portuaria.
Según la historiadora Leonor Kuhn, el arroyo León está muy ligado a la historia de la comunidad, incluso con un gran protagonismo anterior a la fundación oficial de la Colonia, con un puerto que llevaba su nombre y que estaba instalado en cercanías de su desembocadura en el río.
Pero hoy, lejos de lo que fueron sus años de aliado de la industria y las familias con sus caudalosas aguas pobladas por el bagre nocturno tan buscado por los pescadores, se encuentra en una realidad muy distinta, con su caudal reducido, aguas turbias y casi totalmente despoblado de vegetación, con restos de basura esparcida. Una realidad que nada tiene que ver con lo que fue y con lo que podría ser si recibiese los cuidados debidos.
Según los datos aportados por la profesora Kuhn, los vecinos conocedores de la evolución del arroyo identifican la primera instancia de contaminación con el desarrollo de las fábricas de almidón, ya que, si bien no arrojaban el afrecho directamente al arroyo, sino en piletones para recibir los tratamientos debidos antes de ser arrojados al cauce, éstos desbordaban en ocasiones de grandes lluvias.
Lo mismo estaría ocurriendo con la curtiembre ubicada aguas arriba, que, a pesar de contar con las piletas de tratamiento de residuos, ocasionalmente podrían desbordar con las precipitaciones.
De todos modos, hay aún otra hipótesis que podría ser causante de la contaminación: el uso de agrotóxicos en el manejo de cultivos.
En este sentido, PRIMERA EDICIÓN averiguó que en los planos que tiene la Municipalidad en el área de Catastro, el arroyo León aparece de forma intermitente (a pesar de que tiene agua todo el año), por lo que los propietarios ribereños no necesitarían adecuar la administración de sus terrenos a las leyes vigentes de protección ambiental.
Esta podría ser una razón por la que el arroyo no estaría recibiendo los controles que corresponden. Al dar a conocer lo que está sucediendo, los vecinos esperan recibir el acompañamiento de las autoridades y una investigación con las medidas necesarias para recuperar la salubridad del agua.