Pasaron cinco días del crimen y con los involucrados tras las rejas las últimas pericias realizadas no hicieron otra cosa que confirmar lo que contaron los testigos. A Rodrigo Álves (35) lo habrían ejecutado en la vivienda de Luis “El Brasilero” y luego arrojaron su cuerpo a la vera de la ruta costera 2, a 45 kilómetros de El Soberbio.
Por el hecho detuvieron a tres brasileños y una joven argentina de 17 años, quien se presume era pretendida por la víctima. Pero la novedad más importante del caso fue que apareció la supuesta arma homicida y fue entregada en la comisaría por un brasilero testigo del hecho, quien había sido liberado horas antes.
Según estableció la investigación, luego del crimen, el revólver con el que le dispararon a Álves habría sido llevado hacia el Brasil por el padre del principal sospechoso.
El hombre que fue excarcelado era una persona muy cercana a Luis “El Brasilero” (34) y su padre de 61 años, por lo que sabía dónde habían ocultado el elemento. Este martes entregó el arma calibre 32 y el celular que sería de la víctima a las autoridades de la comisaría de El Soberbio.
En la continuidad de la investigación (que para la Policía ya se trata de un caso esclarecido), restarían los análisis de los teléfonos secuestrados para establecer si efectivamente, como sostiene una de las hipótesis, Álves recibió un mensaje para ser emboscado en la casa de Luis “El Brasilero”.
Manchas de sangre
Efectivos de Criminalística se dirigieron el lunes por la noche hacia la casa de Luis, ubicada en Paraje Primavera para realizar el test de luminol en busca de rastros hemáticos. La idea era saber en qué lugar se encontraba Álves cuando recibió el disparo y hacia dónde habrían movido su cuerpo.
Hallaron manchas de sangre en un sector de galería de la casa y en un baño. Justamente en los lugares donde los testigos indicaron que mataron y posteriormente movieron a la víctima, probablemente para que el cadáver se desangrara en un lugar donde iba ser más fácil deshacerse de los rastros.
Para descartar el cuerpo lo cargaron en el baúl de un Chevrolet Corsa y lo sacaron de la vivienda. En este sentido los peritos también realizaron la prueba en la cajuela y confirmaron que allí también había rastros de sangre. Asimismo tomaron muestras de cabello que posteriormente serán contrastadas para saber si pertenecen al asesinado.
Luego de más de tres horas y media de tareas, esa etapa pericial en principio quedó cerrada.
Uno de los grandes interrogantes es establecer si fue Luis el que le envió mensajes de texto a Álves desde el teléfono de su pareja, para tenderle una trampa y matarlo apenas llegó a la casa.
El hecho
Rodrigo Álves era de profesión carpintero. Estaba separado y en la tarde del viernes al parecer buscó una excusa para ir a encontrarse con una joven. Esto se sabe porque le pidió la moto prestada a su amigo, diciéndole que debía ir hasta Paraje Capibara a ver a su madre. En realidad nunca fue hacia allí.
Donde sí estuvo fue en la casa de Luis “El Brasilero”. Horas antes en ese lugar habían estado faenando un cerdo y dos amigos estaban ayudando al dueño de casa en la tarea.
Lo que les llamó la atención a estos dos amigos, que luego contaron lo sucedido, fue que vieron a Luis enviar mensajes de texto y minutos después llegó a la casa un hombre en moto (Álves).
Relataron a la Policía que este ingresó por una galería y se abrazó con la “mujer” del dueño de casa.
Cuando Luis vio esto se acercó por detrás y le efectuó un disparo en la nuca. Álves se desplomó y seguidamente se sumó a la escena el padre de Luis. Entre ambos le asestaron machetazos y golpes con un martillo tipo maza.
El dueño de casa amenazó a todos los presentes que si decían algo de lo que pasó también ellos iban a morir.
Siempre según lo expresado por los testigos, la joven se fue del lugar con la moto. Minutos después padre e hijo cargaron el cuerpo de Álves en el baúl del Corsa y lo descartaron al costado de la ruta.
Por ese lugar pasó un vecino. Vio una motocicleta estacionada y un hombre con signos de estar sin vida. Entre sus pertenencias tenía una caja de preservativos. Para los investigadores, este dato hace presumir que iba con intenciones de un encuentro íntimo con la joven.
La investigación liderada por Gerardo Casco, juez de San Vicente, estableció que Luis estaba en libertad condicional por un homicidio que cometió en Brasil en 2015.