El juez Laboral 1 de esta ciudad, Manuel Silva Dico, afirmó que “teme por su vida y la de su familia” tras la fuga del sospechoso de intentar matarlo a finales del 2016, quien pese a tener pulsera electrónica -arresto domiciliario- huyó sin dejar rastros.
El magistrado, quien dialogó brevemente con Canal 4 Posadas, agregó que “ayer (por el pasado lunes) notó movimientos extraños frente a su domicilio”.
Los temores de Silva Dico no son infundados, pues el fugitivo está acusado de “robo calificado y tentativa de homicidio” contra su persona.
Se trata de un individuo de 65 años, considerado peligroso por las autoridades policiales. Tal como se publicó ayer, el pasado sábado salió del lugar donde cumplía el arresto domiciliario, en Candelaria, con la excusa de que “iba a comprar medicinas”.
El sospechoso, oriundo de San Luis, no debía moverse sin autorización y era monitoreado por una pulsera electrónica desde fines del año pasado.
Aprovechó para evadirse con el claro objetivo de eludir el juicio oral y público por el hecho, que estaba a punto de comenzar. El ataque contra Silva Dico ocurrió la noche del 30 de noviembre de 2016 frente a su domicilio, ubicado sobre la avenida 115 (Lucas Braulio Areco) casi Bustamante, frente al club San Francisco de esta capital.
“Me enteré por el diario”
En las mencionadas declaraciones televisivas, el magistrado afirmó que “se enteró al leer el diario” de la fuga del acusado, ayer cuando se presentó en el Juzgado a trabajar.
“Lamento mucho enterarme por la prensa y no por alguien que tiene la seguridad de mi persona a cargo. Ni siquiera sabía que esta persona tenía prisión domiciliaria. Me llama la atención por el grado de peligrosidad que tiene, ese señor estuvo mucho tiempo preso en cárceles como la de Batán. Temo por mi seguridad y por la vida de mis hijos y de mi señora que están en mi domicilio. Estoy consternado, impotente, estoy muy preocupado por la situación, no tengo custodia en mi domicilio. La única custodia que tengo es en el Juzgado y cuando la requiero”, explicó.
Seguidamente y ante la citada fuente, el juez anunció que “lo primero que hice fue solicitarle al juez instructor de la causa (Ricardo Balor), que reponga la custodia y seguridad de mi domicilio. Ahora que pienso hubo movimientos sospechosos el fin de semana y ayer (por el lunes) a la noche, frente a mi casa”. Finalmente Silva Dico deslizó que “esta persona no pudo escaparse sola, detrás hay alguien más que permitió que se escape”.
La prisión morigerada al ahora prófugo fue otorgada en 2018 por el juez de Instrucción 6, Ricardo Balor, porque el individuo padecería un cuadro avanzado de diabetes.
La señal de monitoreo de su pulsera de seguimiento salió de rango del inmueble del barrio San Cayetano de Candelaria a las 20 del sábado. A las 23.15 de ese día se estableció contacto con una mujer a cargo del detenido y comunicaron que éste fue al hospital de Fátima a buscar medicamentos. Al día siguiente, pocos minutos después de las 11, y ante la ausencia aún de la señal de la pulsera electrónica, los agentes penitenciarios fueron hasta la propiedad mencionada y constataron de manera directa que el imputado no se encontraba.