Luego de un recorrido por las escuelas provinciales y un contacto con los equipos docentes, la ley de Educación Emocional pasará a la siguiente etapa en su aplicación con la llegada del material pedagógico para el trabajo en las aulas.
Estos cuadernillos están pensados para otorgarse a cada institución misionera y en una segunda fase los instructivos llegarán de manera digitalizada. Este fortalecimiento socio-afectivo busca gestionar las emociones y otorgar herramientas en los jóvenes para evitar problemáticas como el bullying y la violencia en las escuelas.
PRIMERA EDICIÓN dialogó con la coautora del proyecto aprobado hace un año en la legislatura misionera, la diputada María Inés Rebollo, quien destacó que hoy 16 de agosto “cumplimos un año de la aprobación de la ley de Educación Emocional en Misiones, lo cual significó un alto impacto tanto en lo provincial como a nivel nacional e internacional. Ahora, en este primer aniversario vamos a presentar un cuadernillo de aporte introductorio pedagógico de la Educación Emocional. Con esto, queremos señalar que el trabajo continúa con mayor compromiso”.
La confección de este material didáctico se logró gracias a que “desde el Ministerio de Educación Provincial aceptaron este desafío y se encargarán de que estos aportes lleguen a las instituciones educativas de Misiones. Para ello, contamos también con el apoyo del Parque del Conocimiento quienes facilitaron a través de la Editorial de las Misiones la impresión de estos cuadernillos introductorios”, agregó.
En cuanto a su distribución, Rebollo indicó que “acordamos en que llegue al menos un cuadernillo en cada institución de la provincia y luego el acceso será vía online. De esa manera, se asegura llegar a los 30 mil docentes de Misiones y también utilizaremos las tecnologías de la comunicación, ya que la Educación Emocional la vivimos en el marco de las tendencias disruptivas”.
Estos cuadernillos “son aportes introductorios pedagógicos de la educación socio-emocional. Estarán destinados a todos los niveles educativos, así como para los institutos de formación docente. Su contenido abarca marcos generales básicos y aportes teóricos para el desarrollo de contenidos en las aulas. Para su desarrollo, se trabajó con profesionales de la provincia, al ser vanguardia en educación. Además capitalizamos lo local con el apoyo de la Fundación Ried y los aportes de la Universidad de San Andrés y su equipo de Educación Emocional, quienes declararon a esta ley provincial como innovación pedagógica de alto impacto”, remarcó.
María Inés Rebollo recordó además que previo a la sanción de la ley, “hubo un recorrido por la provincia donde realizamos un proceso de sensibilización. En ese momento, los docentes ya manifestaron la necesidad de la Educación Emocional. Ahora las capacitaciones continúan y no hubo pausa ya que estamos en permanente contacto con las distintas instituciones educativas de las zonas Centro, Norte y Sur de la provincia”.
Sobre la aplicación de esta ley en las escuelas misioneras, explicó que “este cuadernillo con marcos teóricos y actividades facilitarán al docente continuar su investigación sobre qué puede aplicar. Con esto, no buscamos generar una carga para el docente, sino que cuente con material y una capacitación para conseguir adecuaciones curriculares con ejercicios para todos los niveles, valiéndose además de espacios virtuales. Ahora les daremos las bases para el inicio de las actividades, de ahí en más dependerá de la creatividad del docente”.
Respecto a los alumnos, la diputada aclaró que “la Educación Emocional como propuesta pedagógica permite desarrollar conciencia y autoestima en los chicos. Todo esto a través de actividades lúdicas y con adecuaciones según el nivel educativo. En la educación inicial, ya muchas escuelas trabajan en este ámbito del juego, los dibujos y la música. En el nivel primario ya tiene otra complejidad que se inicia desde el momento en que entramos al aula con la comunicación con los estudiantes. En ello, es importante poner énfasis en la observación, la mirada, el cuerpo y su presencia para hablar. Como docente, debo entender que debo gestionar mis emociones y fortalecer en capacitaciones para llegar a lo que denominamos el arte de escuchar y dialogar, tanto en la escuela como en la familia”.