Bajó el rango de edad para asistir a consulta médica por problemas auditivos. Hasta hace unos años el fenómeno se circunscribía a los adolescentes; sin embargo, algunos médicos especialistas de Misiones contaron a PRIMERA EDICIÓN que en la actualidad existe una mayor demanda de atención en pacientes de entre 5 y 7 años.
“Es llamativo cómo empezamos a recibir pacientes de nivel primario quienes manifiestan problemas de audición por ruido”, dijo a este Diario la fonoaudióloga del Hospital Materno Natalia Zajaczkowski.
Para la especialista, el fenómeno se agudizó impulsado por el uso de auriculares, ya sea que reciben de regalo en las festividades, por cumpleaños o, bien, por los juguetes ruidosos, especialmente a bebés.
Para Zajaczkowski es alarmante que “ahora no solamente los trabajadores (docentes, construcción, fuerzas de seguridad, peluqueros, profesores de gimnasia) quienes están expuestos a ambientes de ruido, hagan consulta médica por problemas auditivos”.
“A los padres les digo directamente: esto no tiene vuelta atrás. Una vez que se perdió la audición. No se vuelve”, alertó la especialista.
La audiometría es un estudio básico para empezar a cuidar la audición, es relativamente rápido, no doloroso y con eso ya se tiene un panorama de cómo está la audición.
“Recientemente tuve un paciente de 6 años que vino a la consulta y le detectamos el trastorno. Resulta que Papá Noel le había regalado un auricular para usarlo con su tablet”.
Analizó Zajaczkowski: “Esto hace algunos años directamente no se daba en niños de primaria. La consulta por estos temas en edad adolescente era lo más frecuente”.
De acuerdo a lo que comentó, algunas de las complicaciones del oído se detectan porque los chicos van al control de salud obligatorio que se pide en la escuela.
Mal uso
Para el especialista de Otorrinolaringología, Matías González, pensar en una solución que sirva a largo plazo, no pasa por una prohibición de uso.
“Insistimos en que no se puede prohibir. No porque usen auriculares sí o sí van a tener problemas de audición. El inconveniente no está en el uso, sino en el mal uso”, aclaró.
“Nuestro volumen de voz normal está en 60 a 65 decibeles. Escuchar música o ruidos constantes en 80 decibeles puede traer problemas de audición permanente”, alertó el médico.
Por una ley
Los problemas auditivos inducidos por ruido no tienen vuelta atrás, sólo se controlan una vez cada 6 mese a un año, dependiendo del cuadro del paciente y no hay una medicación que tome que lo haga parar una vez que las células del oído interno están dañadas, ya no tiene reverso.
“Las indicaciones que en general se tratan de hacer y que en el hospital materno infantil se está realizando son las pesquisas auditivas. Todos los niños que nacen por ley deberían hacerse esta prueba que es sencilla y muy práctica ya que nos da una pequeña mirada general. Esto no existía hace diez años y si la ley obliga que todo recién nacido tenga la pesquisa, se puede diagnosticar precozmente la patología auditiva”, deslizó González.
De hecho, los profesionales consultados explicaron que está en estudio una ley para impulsar un control obligatorio a nivel escolar. Que se practique el primero al nacer y después hacerlo una vez al año a los 4, 5 y 6 años, para repetirlo a los 9, 13, 16 y 19 años.
Sobre el problema y algunos cuidados
El problema comienza inducido por el ruido. Esto se puede ver sólo con un estudio de audiometría.
Este tipo de pérdida, aparte de ser irreversible puede ser progresivo. Si el oído quedó sensible en algún momento, y después lo expusieron a un poco de música fuerte, eso agudiza el daño.
“No sabemos si en algunos años se pueda desarrollar alguna medicación pero en la actualidad no hay. Por ahora es controlar y tomar las precauciones”, explicó Zajaczkowski quien trabaja junto a la otorrino Gabriela Sosa Jost, en el programa de detección temprana.
“Siempre le sugerimos a los pacientes que, si empieza a tener algún tipo de trastorno del equilibrio en algún momento de su vida adulta, o problemas como por ejemplo zumbidos, y molestias debería consultar al otorrino”, fue, en tanto la recomendación de Matías González, quien conforma equipos con la fonoaudióloga Sandra Tolosa en el Hospital Madariaga.
“La pesquisa sirve para descartar que no tengas ningún problema propio del oído. No se trata sólo de la intensidad del ruido sino de la exposición. Cuanto más sea el tiempo prolongado expuesto, genera más lesiones auditivas y por eso las recomendaciones son pasar también más tiempo en silencio, desconectar las grandes fuentes de ruido o aislarnos de la fuente de ruido intenso, que no sólo afectan el aparato auditivo sino al sistema hormonal, los nervios y el equilibrio”, subrayó el experto.
Desinterés
Lo alarmante es que el paciente adulto con problemas de este tipo no se presenta frecuentemente en un consultorio médico, y si se lo hace es por otros motivos. La mayoría ignora los peligros de la contaminación sonora.