
Esta semana desembarcó en Puerto Libertad un grupo de efectivos pertenecientes a la Dirección Homicidios de la Policía de Misiones, con el objetivo de intensificar la investigación en el marco del crimen de Alexander Maldonado Gaona, conocido con el alias de “Pipo”, de 15 años.
Hasta el momento hay un solo detenido en la causa, un amigo de la víctima, de 18 años, quien quedó implicado tras hallarse en su vivienda el celular del adolescente, además fue el último en verlo con vida y sus declaraciones ante la Policía habrían sido contradictorias.
Para la familia de Alexander el sospechoso no pudo actuar solo, por eso exigieron mediante marchas y cortes de ruta que la Justicia busque a un posible cómplice.
“Pipo” fue hallado muerto de dos tiros el pasado viernes 5 de julio en una zona de pinares y pequeños cauces de agua del municipio de Puerto Libertad.
Había estado desaparecido desde el 1 de este mismo mes, y en ese lapso, el ahora detenido le habría dicho a los investigadores que el menor le había confesado que tenía que irse del pueblo y por ello sin avisarle a sus parientes partía hacia la zona de Colonia Mado, cerca de Eldorado.
Mientras tanto, un hermano de “Pipo” y que estudia la carrera de Analista de Sistemas, ubicó su teléfono celular mediante la utilización de avanzadas aplicaciones.
La última comunicación y punto geográfico del dispositivo daban casi con exactitud el barrio del sospechoso. Los investigadores ubicaron a este joven y fue allí que les habría contado que lo había visto por última vez aquel lunes 1 de julio. En esa ocasión habría omitido manifestar que tenía el celular de “Pipo” y que habían ido a cazar juntos.
Este dato tampoco se lo reveló a los parientes del menor mientras él mismo, según aseguraron varios testigos, participaba y se preocupaba por su amigo durante la búsqueda. Ya detenido, tras el hallazgo del cadáver del adolescente, la Policía halló el teléfono de la víctima en el domicilio del sospechoso.
Fue allí que recién habría admitido que la última vez que estuvieron juntos habían ido de cacería.
Lo llamativo es que cerca de la escena donde hallaron el cuerpo encontraron 14 vainas servidas calibre 22. Proyectil similar al que terminó con la vida del menor y que le impactó en el párpado.
El otro balazo fue en el abdomen, aunque este último fue un disparo post mortem. Los pesquisas hallaron el rifle de aire comprimido perteneciente al sospechoso, que lo mandó a reparar aquel mismo lunes al atardecer.
Ahora los expertos en balística deben analizar el arma para determinar si está preparada o adaptada para calibre 22. La investigación apunta a buscar en la zona testimonios o pistas para confirmar o descartar las sospechas de los familiares respecto a un presunto cómplice.
En su momento el sospechoso detenido por el crimen de “Pipo” se abstuvo de declarar. Fue ante el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brites. No obstante, fue imputado por “homicidio simple”.