Ubicado al sur del departamento de San Ignacio, sobre la continuación de la Sierra de Amambay, de Paraguay, el parque se extiende desde el arroyo Yabebirí hacia el norte, y desde el Paraná, hasta unos 20 kilómetros hacia el interior, siguiendo una franja relativamente uniforme, y constituye un apasionante escenario natural que ha sido inspiración de Horacio Quiroga.
El peñón del Teyú Cuaré, con sus 150 metros de altura, es un excelente mirador sobre el río y la selva. Además hay senderos y una zona de acampe en la barranca del río.
La subida por la escalinata de bloques de piedra es agotadora y demanda varios descansos en los que se puede apreciar, abajo, el tupido verde cambiante. Desde la cima, coronada por una cruz hecha con troncos, se ve la costa de Santa Ana, unos 20 kilómetros al sur; las praderas de Paraguay y, al pie del crestón, la isla “el barco hundido”, que desde arriba, efectivamente parece una nave escorada.
En la cumbre se puede recorrer el “Sendero de la Selva”, de unos 500 metros, bordeado de paredes de vegetación baja y cerrada que en algunos tramos lo asemejan a un laberinto.
Estando ya en la cima del cerro, se puede iniciar un recorrido por la selva de unos 1.500 metros, y es allí donde se pueden ver los restos de la gigantesca casa de piedra, donde presuntamente vivió el lugarteniente de Adolf Hitler, Martín Bormann.
Al atardecer, en Teyú Cuaré, todos los pájaros, monos aulladores y otros animales se hacen oír al unísono y parece ser la selva entera que anuncia la noche, mientras los insectos se tornan más insistentes.
La estrella del Parque es el peñón Teyú Cuaré, antes conocido como Reina Victoria, de exuberante belleza, con tonalidades amarillas, naranjas, rosas y rojas, que contrastan con los verdes de su vegetación, la que se ubica en una zona de transición entre las selvas mixtas y el distrito de los campos, pero alcanza, además, una pequeña parte de las selvas marginales del río Paraná, motivo que contribuye a que las especies faunísticas pasen de un ambiente a otro, hasta encontrar el hábitat más apropiado a sus funciones biológicas.