Es un problema que viene desde hace tiempo, pero en las últimas semanas se tornó casi insoportable para los vecinos del barrios Niño Jesús y Nueva Esperanza de San Javier. Sucede que, en inmediaciones de ambos complejos habitacionales, se torna difícil convivir con los olores nauseabundos que emanan a cielo abierto de la planta de líquidos cloacales, que al parecer está abandonada, según protestaron los lugareños ante este Diario.
Además, denuncian que dichos fluidos se escurren por un terreno privado y desembocan directamente en el arroyo Lorenzo, lo que hace aún más comprometida la situación por la probable contaminación del agua potable y todos los peligros que acarrea, entre ellos enfermedades.
Ante este desalentador panorama, uno de los vecinos del barrio Niño Jesús, Luis Da Rosa, dialogó con PRIMERA EDICIÓN y relató que “desde su construcción, hace unos cuatro años, esta planta de líquidos cloacales nunca funcionó realmente cómo debería porque rebosa en forma constante. Los líquidos están a cielo abierto, el olor es inaguantable y como si fuera poco, se escurren hasta el arroyo Lorenzo, en medio de un predio privado”.
Pedidos formales
Luego Da Rosa prosiguió detallando que “hace más de un año entregamos la primera nota a la Municipalidad de San Javier, con la firma de una treintena de vecinos que poseen sus viviendas en los alrededores de la planta, más precisamente se la dimos al secretario de Gobierno, no fue la única escritura presentada ni el único reclamo realizado, aunque hasta el momento no hubo ningún tipo de acción para tratar de corregir ese inconveniente”, aseguró.
En otro tramo de la charla, este habitante de “La Dulce” localidad costera, explicó que “nuestro barrio está a tres kilómetros del casco céntrico de San Javier, pero no sabemos por qué nuestros reclamos no son escuchados o atendidos”.
Más adelante Da Rosa apuntó que, de acuerdo a la información que ellos manejan, “al principio había cuatro bombas de agua, pero hace unos meses se llevaron dos, no sabemos con qué intenciones ni para qué. Y las restantes, pareciera que no funcionan o lo hacen con algún tipo de dificultad”.
Por último, el vecino resaltó que “en una o dos ocasiones se acercaron operarios municipales hasta el lugar, pero nunca observamos que estuvieran trabajando y los malos olores, los mosquitos y los peligros de contaminación son una triste realidad que nos preocupa a todos”.