“Hay muchas carencias, pero lo que más impacta es la ayuda entre las madres”, destacó la funcionaria al explicar la organización que existe entre vecinas del mismo barrio para ayudar a quienes están pasando necesidades y así compartir los alimentos.
“Cada semana entregamos, a través del Intendente, el módulo alimentario a las personas que están en esta situación”, explicó. El contenido del módulo agrupa alimentos de primera necesidad y permite a cada familia elaborar la comida en su hogar.
Da Silva también indicó las demás urgencias que atienden en relación a demandas de medicamentos, pasajes para atención sanitaria en Posadas y Buenos Aires, anteojos, sepelios y acompañamiento a los pacientes de diálisis cuyo gasto oscila semanalmente cuatro mil pesos en cada paciente asistido por el municipio.
“Esta semana tuvimos cuatro pedidos de anteojos y no se niega ante la necesidad de la gente y más aún cuando se trata de niños”, comentó Da Silva.
Es así que los pasillos del Centro Integrador Comunitario (CIC) están colapsados en la mayoría de los días hábiles. Allí, en el barrio San Lucas, funciona la Secretaría de Acción Social con atención odontológica, médicos, programa de celiaquía, área de discapacidad, gimnasio de IPS y pensiones; entre otros sectores.
Mientras Da Silva, habla con este Diario, una de las madres en espera para ser atendida en el lugar contó su angustia porque no puede hacer frente a la provisión de su hogar, desde que su pareja sufrió un accidente.
“Busco comida. Me da vergüenza, pero somos pobres y no ocultamos lo que somos. Mi marido gana 10 mil pesos (mensual), está en negro en el trabajo y yo 4 mil como personal de limpieza en una casa familiar, y así la plata no alcanza para vivir, no alcanza”, explicó la mujer.