Una psicóloga de 37 años fue víctima de un brutal asalto por parte de dos motochorros que ingresaron a la vivienda de sus padres.
El atraco fue perpetrado el pasado miércoles a la noche, en un domicilio ubicado en la calle Pablo Allain, entre Tambor de Tacuarí y López y Planes.
De acuerdo a los datos obtenidos por este Diario, ese día la víctima fue a visitar a sus progenitores, quienes salieron de compras. Alrededor de las 20.30 dos sujetos con cascos colocados ingresaron por la puerta de acceso y comenzaron a propinarle golpes de puño, hasta que la profesional cayó al piso. Una vez reducida la patearon y la amenazaron de muerte “si los miraba a la cara”.
Los malvivientes le cubrieron el rostro con una toalla, para evitar ser observados. Uno de ellos llevaba un hierro, que se cree puede ser una barreta.
Tras apoderarse de una guitarra, tres tablets y una colección de cuchillos salieron de la casa y le entregaron los elementos a un tercer integrante de la banda, que se cree hacía de campana. En esas circunstancias, llegaron los padres de la mujer.
Persecución y angustia
En diálogo con este Diario, el dueño de casa dijo que cuando llegaba a su domicilio, junto a su esposa y tras hacer compras, observó que dos sujetos salían del jardín delantero. Uno de ellos llevaba un hierro tipo barreta.
“Pensé que eran ladrones comunes, que intentaron ingresar y no pudieron o que los sorprendimos, nunca imaginé que le habían pegado a mi hija”, refirió el hombre.
“Salieron con los cascos colocados y subieron a una moto que habían dejado estacionada frente a mi cochera, escapando a toda velocidad. Los seguí un buen tramo, sin embargo los perdí de vista, iban muy rápido en dirección al Oeste, hacia Villa Cabello. Atiné a ir a la comisaría Segunda a denunciar, pero cuando llegué me llamó mi hija del teléfono de un vecino contando lo que le había pasado. A ella la llevaron a un hospital y se encuentra muy shockeada, por ello no queremos difundir su identidad, por temor a represalias”, dijo el hombre aún conmocionado por lo sucedido.
“Los elementos que robaron se lo dieron a un tercer ladrón, porque ellos solamente llevaban la barreta”, contó.