Como un deja vu, el comienzo del ciclo lectivo vuelve a poner en agenda la polémica que se genera en torno al certificado de aptitud física que tienen que presentar los estudiantes para poder hacer la materia Educación Física.
Como caso testigo, pese a que hay muchas denuncias públicas, las cuales se hacen visibles especialmente a través de redes sociales, una mamá de Alem contó su calvario para completar las planillas de salud que le exige el colegio privado al cual asisten sus dos hijos. Allí además del certificado tienen que entregar un electrocardiograma de cada uno.
Especialistas de esa ciudad cobran hasta 800 pesos los estudios y en el hospital no lo pueden hacer si es que no hay derivación del pediatra que es quien debería pedir el chequeo.
“Yo tengo dos chicos y si no lo llevan para la próxima clase les ponen falta en la materia y les bajarán la nota por no asistir a la clase”, comentó la mujer a PRIMERA EDICIÓN. La angustiada madre pidió preservar su identidad y la del colegio, pero de todas maneras quiso exponer públicamente lo que le pasa, al señalar que se trata de una situación que está generalizada.
“¿No hay nadie que regule un poco esto?”, preguntó. Lo cierto es que sí está regulado, por ley nacional y provincial.
“Nos parece perfecto que las escuelas pidan la aptitud y que se cuide a los chicos. Nadie puede estar en contra de eso. Sin embargo el apto siempre es un tema que nos preocupa a los padres porque, por ejemplo, el electrocardiograma que nos pide el colegio no lo podemos hacer si no lo pagamos de forma privada”, comenzó su relato.
Grande fue su sorpresa, contó, cuando al pedir el turno, la semana pasada, le indicaron que llamara el lunes (por anteayer) porque el cardiólogo tenía “nuevas instrucciones para ese tema”. Tras llamar, le dijeron directamente que “el turno con la obra social había quedado suspendido y los cardiólogos (los únicos dos que hay en Alem, según dijo) iban a hacer el estudio previo pago en efectivo”. Cada electrocardiograma cuesta 800 pesos.
Consultada sobre si hizo la consulta en el Hospital de Nivel II de Alem, explicó que al intentarlo le deban un turno para dentro de un mes y medio, con derivación.
“El pediatra que menos te cobra plus para el certificado te pide 200 pesos y yo tengo que resolver el pago de dos mil pesos de una, y la verdad es que se complica porque ya hemos tenido gastos de útiles, zapatos y uniformes”.
Luego agregó: “Supongamos que en el algún momento dispongamos del dinero para los estudios, el otro gran problema es que a ellos ya les dijeron que si para el viernes no llevan el certificado les ponen falta y les empiezan a bajar las notas y mientras tanto el Consejo de Educación dice otra cosa, la verdad es que los colegios no se sujetan a eso”.
Hospital colapsado
En diálogo con este Diario el director del Hospital de Alem, Matías Sebely, graficó la situación que se reporta en su localidad en cuanto a la demanda de un turno con el pediatra para la aptitud física. La semana pasada, de hecho, reconoció que el centro de salud estaba colapsado y que los turnos se están dando, con prioridad, a los pacientes enfermos.
Sebely pidió, en ese sentido, que la gente vaya a los CAPS para completar los certificados y que de esa forma no se produzca el cuello de botella.
Por otra parte, comentó que en 2014 tuvieron la experiencia de enviar a los médicos residentes a las escuelas “para que los chicos completen sus fichas, algo que no fue de buen parecer a los padres, quienes se negaron a que los niños sean atendidos en la escuela. En ese contexto, los resultados no fueron los esperados. Es importante que se entienda que no hay que esperar a marzo para hacer el estudio”, dijo.
El apto no puede ser exigido todos los años
Desde el CGE volvieron a recordar en este período que las escuelas no pueden exigir certificado de aptitud física todos los años. De hecho la normativa nacional, a la que la provincia adhirió, señala que estos estudios de aptitud física deben ser presentados en tres períodos puntuales: a los 6, 11 y 15 años.
Se infiere, de esta forma que quienes no se encuentran en esa franja etaria, estarían eximidos de tal obligatoriedad. Al menos esos fueron los criterios, al momento de la elaboración del “famoso” Boletín de Salud Escolar, tomado en conjunto con las autoridades de los Ministerios de Salud Pública, Educación y Deportes, el Consejo General de Educación y de la Asociación Misionera de Ciencias Aplicadas al Deportes (AMICADE).
“La historia clínica del alumno podrá ser realizada por cualquier médico matriculado de la provincia al ingreso del nivel inicial, tercer y séptimo grado de la escuela primaria, y en el tercer año de la escuela secundaria. En cuanto a los plazos de entrega, pueden ser durante el año lectivo y el alumno no debe dejar de asistir a Educación Física por no presentarlo”, divulgó el CGE recientemente en un tuit.
Lo cierto es que en los hechos ésto se desestima y las escuelas, tanto públicas como privadas ejercen presión para que sin falta todos los alumnos presenten el apto, so pena de no hacer la materia, que le bajen las notas o bien quede libre.
La Sociedad Argentina de Pediatría, en tanto, hace una recomendación respecto a los controles de salud del niño sano: que de forma anual, el pediatra de cabecera le realice un examen médico a conciencia para que, en la atención primaria, se puedan detectar a tiempo posibles enfermedades o disfunciones.
Ese examen que sugieren es más bien cerca del cumpleaños del niño y no a principios del ciclo lectivo. El otro aspecto central, que también abona la polémica está referido a los estudios específicos: electrocardiogramas y audiometrías (por ejemplo), los cuales deberían ser solicitados únicamente por recomendación del médico, quien entiende su real necesidad y que ésto no puede quedar sujeto a las presiones de las escuelas.