Entre las ideas que están en estudio, junto con el Consejo General de Educación y el Concejo Deliberante de esa comuna, se quiere avanzar con la instalación de cámaras de seguridad y reponer el alambrado perimetral.
Enclavada en el centro del pueblo, la escuela se encuentra en el seno del barrio Cantera, un asentamiento cuya población tiene una compleja situación socioeconómica, y aunque no hay indicios sobre los autores del ataque, se presupone que pueden ser adolescentes residentes en los alrededores.
Al parecer, sabían cuáles salones abrir. Los hechos fueron anecdóticos: se comieron los alfajores del quiosco escolar, pero no tocaron ni una sola de las 30 computadoras existentes en la sala de informática o los televisores.
El director, Rolando Daniel Andrusyszyn dijo a PRIMERA EDICIÓN: “Ya estamos en vías de solución con lo que nos pasó, sin embargo no pasamos por alto que ya es la quinta vez que entraron a la escuela”.
“Desde los primeros hechos hemos puesto rejas, se han cambiado las cerraduras y sin embargo siguen entrando. Nos rompen los vidrios y las puertas. Nos sacan los focos. y todo cuesta. Lo que hay es para los niños, para que puedan aprender. Aunque nos da impotencia el daño, estamos movilizados y trabajando para que no se vuelva a repetir“, aseguró.
“Vamos a poner cámaras, nos vamos a ocupar a fondo del tema, pero ésto debe despertar el interés de los vecinos por cuidar su escuela, defenderla y entender que el daño afecta a todos”.
La seguidilla no tiene como blanco sólo a ese colegio, también hubo ataques a la Escuela Especial 33, y a los institutos Urquiza y el Belen un instituto Bautista del centro de Andresito. En la colonia Cabure-í, la escuelita sufrió el robo de parlantes y elementos electrónicos.
En la Zona Sur de Misiones, también se vive el mismo drama. La semana pasada, la Escuela N°166 del Cerro de Santa Ana fue atacada por desconocidos, quienes pintaron las paredes con la tinta de las impresoras y destrozaron los archivos más importantes de la institución.
“Rompieron los vidrios de la ventana de dirección, y torcieron los barrotes. Una persona grande por allí no puede entrar”, fue el relato de director del establecimiento Claudio Romero.
“Las tintas de las impresoras fueron desechadas en el baño y pintaron paredes. Lo lamentable es que se llevaron la guitarra de la escuela.La intención fue hacer daño”, lamentó.