Esta semana, la biblioteca del Barrio Sur Argentino de Posadas debió sumar la merienda para los chicos que concurren a las clases de apoyo escolar que se dictan todas las tardes de lunes a viernes. ¿La razón? Ayudar a las familias de la zona que se vieron afectadas por la situación económica.
La decisión se tomó tras un caso extremo: detectaron un niño que no comía en su casa desde hacía dos días y pusieron manos a la obra.
Se unieron los integrantes de la biblioteca, con Margarita Tello a la cabeza, su familia y algunos vecinos y colaboraron todos para armar una merienda que se da desde el martes pasado: se sirve un vaso de leche o chocolatada más algunas galletitas o torta y facturas para los cerca de quince chicos que asisten de lunes a viernes a prepararse para rendir materias como matemática, lengua, sociales, entre otras, para el regreso a la escuela.
“Empezamos en febrero con las clases de apoyo. Yo compro caramelos, chupetines y galletitas como para endulzar la tarde porque a los chicos si no le subís el azúcar se te duermen”, señaló la encargada Margarita Tello en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Fue así que se dieron cuenta de que uno de los niños se guardaba su chupetín y no lo comía durante la clase, por lo que investigaron un poco y se enteraron de la situación que estaba atravesando su familia. “Vimos que algo estaba pasando y nos enteramos que ambos padres se quedaron sin trabajo”, indicó Margarita.
Se incluyó la merienda
Esta situación disparó la ayuda solidaria. “Empezamos el último martes. No le pedimos nada a nadie, sólo la colaboración entre la comisión, la profesora, una maestra, mis hijos y mi marido y una vecina a la que le comenté y me dijo que contara con ella. Me dio unas galletitas y un chocolate para colaborar”, indicó.
La mujer señaló que esta era una realidad hace más de 20 años, cuando proliferaban en el lugar merenderos y comedores debido a la situación económica.
“Había demasiados y justo teníamos cerca la Escuela 301 y los chicos venían a la mañana con hambre, con frío, le hacíamos leche, le cambiábamos las medias, era más una especie de trabajo social”, detalló Margarita.
Ahora que comenzaron, la idea es continuar todas las tardes hasta fin de año para los niños que asistan a la biblioteca, a la que llegan chicos del barrio Sur Argentino y también de los barrios de alrededores y de San Isidro.
Hasta que comiencen la escuela, la biblioteca estará abierta de 15 a 19 horas y luego se iniciará el horario extendido tradicional, señaló la encargada del lugar.