El Merendero recibe diariamente a unos 30 niños, pero la demanda sigue creciendo y necesita de la colaboración de todos.
Días atrás comenzaron con las clases de apoyo a los chicos preparándolos para el inicio del ciclo lectivo. Luego esas actividades se amplían con la realización de un seguimiento durante el año. Colaboran en ese programa docentes y estudiantes voluntarios.
En marzo, en tanto, comienzan con la huerta que les permitirá producir para elaborar sus alimentos, para lo cual ya consiguieron la donación de semillas y capacitación técnica por parte del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El Merendero Paco comenzó a funcionar a principios de 2018, cuando el matrimonio conformado por Paco (Juan Ramón Ruiz), y Yoly (Yolanda Paiva), decidió servir la merienda a los niños que juegan junto al menor de sus cuatro hijos y viven en el mismo barrio.
Paco es un jardinero, y con su motoguadaña al hombro trabaja recorriendo los barrios buscando clientes que deseen limpias y embellecer su jardín. Mientras que Yoly es ama de casa y se dedica al cuidado de sus niños y el hogar.
“El merendero se transformó rápidamente en un lugar de contención para todos los niños, unos 30, que asisten de lunes a sábado, y no sólo para tomar su merienda, sino que además participan en distintas actividades que se llevan a cabo con voluntarios que se turnan cada semana para poder brindarse a los más pequeños”, comentó Cristian Fuentes titular de la Fundación Empoderar, la que se encarga de coordinar los distintos programas y de la formación de equipos de voluntariado.
Los voluntarios, además de llevar adelante diversas actividades para los niños y sus familias, también colaboran con la donación de alimentos, la preparación de la merienda y servirles a los niños.
Actualmente, una de las necesidades más urgentes a resolver es la construcción del baño, dado que hasta el momento en el lugar sólo cuentan con letrina (que es de uso familiar, pero también ocupan los chicos que asisten al merendero), para lo cual solicitan también la colaboración de la comunidad con lo que puedan (materiales, insumos, etcétera), en tanto que la mano de obra la tienen cubierta con los padres de los niños.
Además, un grupo de especialistas acude periódicamente para enseñar cuestiones de higiene personal y salud, haciendo un seguimiento permanente.
“Dentro de las acciones futuras, queremos avanzar con el tinglado de 20 metros cuadrados, para que las malas condiciones meteorológicas no deje a los niños sin la oportunidad de su merienda, y puedan estar a resguardo, para lo que necesitamos”, explicó Fuentes, y agregó que “también la idea es poder conseguir donaciones para reemplazar la única cocina a leña que se utiliza y que está en malas condiciones por una cocina y horno a gas, además de otros elementos como licuadora, batidora y demás electrodomésticos que son necesarios”.
Finalmente, volviendo a las clases de apoyo escolar a los niños, indicaron que también se requiere la colaboración de la comunidad con todo tipo de útiles para que los chicos tengan materiales suficientes, desde hojas y cuadernos, hasta lápices, crayones, plasticola, etc..
Las personas e instituciones interesadas en colaborar pueden comunicarse a través de las siguientes vías:
Correo electrónico: fundació[email protected]
WhatsApp: 3757526700