
En nombre de la región de América Latina y el Caribe, el eldoradense Romario Andrés Dohmann (27), participó recientemente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, también conocida como COP24, bajo el lema “Cambiemos juntos”, que tuvo lugar en Katowice, Polonia, del 3 al 14 de diciembre. Lo hizo en representación de la Federación Luterana Mundial, una organización global que reúne a todas las iglesias luteranas del mundo.
Ya más relajado, después de intensos días de actividad, el estudiante de Ingeniería Forestal de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM, explicó que como organización “tienen participación dentro de la conferencia, y eligieron a siete jóvenes, uno por región. Nuestra intervención se limitó a ser observadores, y podíamos acceder a algunas reuniones y a todas las conferencias, presentaciones, stands de países, empresas, y estar dentro de la cumbre”.
Indicó que durante el día “íbamos a las diferentes presentaciones que pensábamos que eran importantes para nosotros. Eran realmente muchísimas por lo que debíamos priorizar y participar de forma aislada o en grupo”. En las últimas horas de la noche se reunían “con las diversas organizaciones de fe (budistas, islámicas, protestantes, católicas) con las que nos dividíamos los temas y reflexionábamos sobre qué se fue avanzando durante esa jornada, en qué se retrocedió y cuál era nuestra mirada interreligiosa respecto a eso”.

Antes de viajar a Polonia, Dohmann participó durante dos semanas de una Eco Escuela, en El Salvador. “En una universidad nos estuvieron preparando -junto a otros referentes de América Latina y el Caribe- para conocer las diferentes problemáticas que está teniendo la región en cuestiones de cambio climático y políticas para tener un panorama mucho más amplio del que conocía y, también, cómo es el funcionamiento de estas conferencias para estar más preparado para la participación posteriormente”.
Desde su lugar como estudiante “participé en algunos proyectos relacionados al cambio climático. En uno bastante grande que se encuentra en la Triple Frontera entre Puerto Iguazú, Foz do Iguaçu y Ciudad del Este, llamado “Ciudades resilientes al cambio climático”, donde se estudiaron cuáles son las diferentes problemáticas y se abordaron posibles soluciones”. Esto fue llevado a cabo como eje central de la universidad de Leeds (Inglaterra), en conjunto con la UNaM, universidades de Foz do Iguaçu y de Ciudad del Este. Actualmente (2018-2019) se desempeña como referente del Programa de Promoción del Cuidado de la Creación en Misiones y Paraguay, “donde acompaño y promociono las actividades agroecológicas”.
Consultado sobre cómo percibe que vive la sociedad misionera la problemática de cambio climático, Dohmann respondió que es una pregunta difícil de responder. “Depende cómo lo vive cada uno y como está padeciendo las consecuencias. Depende del sector que venís o de cómo te afecta, podes ser más consciente o estar más sensibilizado. Es el caso de estas últimas olas de calor bastante intensas que estamos sufriendo nos llevan a pensar como surgen. Así también las recurrentes inundaciones que tenemos, que cada año son más intensas, más frecuentes, como así también las sequías”. Sin embargo, cree que hay muchas cuestiones que “nos faltan pulir o trabajar. Y ahí es donde como personas, como partidos políticos, como instituciones de educación, debemos seguir poniendo el esfuerzo y resignar muchas cosas.
Y poner mucho más empeño, por ejemplo, en el caso de la basura”. Citó que desde hace muchos años se trabaja en la legislación para prohibir el uso de las bolsitas plásticas pero que todavía no llegó a implementarse. Y que es ahí donde se nota “el esfuerzo que ponemos como ciudadanos.
¿Estamos esforzándonos para incurrir en las políticas y que se legisle correctamente? Lo mismo pasa con la disposición final de los residuos. Como ciudadanos ¿luchamos para que se haga una buena recolección y disposición final?, ¿qué pasa con la basura? ¿Adónde va?, lo mismo que la contaminación de nuestros ríos y arroyos”.
Siente que “como misioneros estamos tomando más conciencia, y no es un tema como en años anteriores que era discutido por grupos ambientalistas o grupos de personas específicos. Ahora es un tema mucho más cotidiano ya que está afectando a mucha más gente. Es un tema que se escucha en la calle, en las conversaciones y se nota en algunas políticas públicas de algunos municipios”.
“Estamos en un momento crítico donde las medidas que se tomen deben ser críticas. Los esfuerzos personales suman pero no alcanzan”, dijo a quien la cercanía con la naturaleza “me hizo querer conocerla un poco más y es por ello que elegí la carrera, para conocer nuestra selva, nuestros bosques, y también las plantaciones forestales que me gustan mucho”. Eso lo llevó también a formar parte de algunos equipos de investigación en la materia.