Muchas localidades de la tierra colorada donde hubo misiones jesuíticas, tienen una singular relación con esos espacios históricos. En el caso de Corpus, donde aún quedan vestigios de la Reducción del mismo nombre, tras la expulsión de los Jesuitas y pasar por saqueos, quemas y abandono, entre otros ataques, parte de dicho lugar se convirtió en el cementerio local.
El camposanto de la Corpus se emplazó en plena “Plaza de Armas” de la antigua Reducción Jesuítica y quedó allí hasta nuestros días. Sin embargo, esta semana y más que nada por una cuestión de espacio y recuperación de un espacio histórico, Corpus pasará a tener un nuevo cementerio.
Dicho proyecto se cristalizará esta semana vía ordenanza municipal y, una vez que entre en vigencia dicha norma, se lo podrá habilitar en forma oficial.
La nueva necrópolis estará ubicada a 300 metros del acceso a la Reducción -donde está ubicado el actual cementerio-, sobre la avenida Los Jesuitas.
“La Tierra sin Mal”
Tendrá más de una hectárea de extensión y se llamará “La Tierra sin Mal”, por encontrarse en el entorno jesuítico-guaraní, según adelantó a PRIMERA EDICIÓN la ingeniera Miryan Krieger, responsable de Proyectos y Área Técnica de la Municipalidad local, cuyo intendente, Orlando Rostan, fue uno de los responsables de motorizar este nuevo predio para los vecinos.
Además, Krieger recordó que la Comuna garantiza el correcto mantenimiento y el acceso de los deudos en forma permanente al “cementerio histórico”, pero recordando que no hay más lugar para nuevas inhumaciones.
Adelantó que los vecinos que quieran trasladar al nuevo cementerio a sus difuntos hoy enterrados en el sector de la Plaza de Armas de la Reducción Jesuítica lo podrán hacer una vez que se habilite “La Tierra sin Mal”, que está en su última etapa constructiva y cuya Cruz Mayor proyectada será uno de sus distintivos más importantes.