La Nación dio luz verde a las Provincias para incrementar los impuestos durante 2019, con el fin de cubrir las necesidades de financiación en medio de la actual crisis económica.
De hecho, el propio Gobierno de Cambiemos consiguió modificar alícuotas para los privados y decretó, además, una suba de retenciones a las exportaciones que le abrió una fuerte brecha con el campo.
A pesar de haber pasado estos casi tres años de mandato promocionando que hay que bajar los altos impuestos que se cobran en la Argentina, los tiempos difíciles de la economía del país llevaron por otro rumbo a la administración nacional.
Serán algunos de los 76 municipios misioneros los que prevén incrementos de tasas de hasta un 45%. El fundamento es similar en casi todos los casos: se prevé una caída de recaudación propia de la coparticipación y no tienen otra forma de conseguir fondos para sostener los gastos que tienen.
Lo lamentable es que la enorme mayoría de los contribuyentes tampoco sabe de dónde sacar dinero para pagar más tributos a la Nación, a Rentas de Misiones y ahora a los municipios.
Porque los vecinos que tienen ingresos muy difícilmente han conseguido mejoras salariales superiores a la inflación récord de la actual gestión nacional, que rozará el 50% durante 2018. Y los que tienen emprendimientos y comercios vienen soportando la dura recesión que comenzó a mostrar su lado más duro en este último trimestre.
La cadena de pagos está en riesgo y, en algunos casos, se cortó hace un tiempo. Encima ahora se suben los tributos en todos los niveles haciendo cada vez más pesada la presión fiscal. Que no nos extrañe, entonces, que muchos contribuyentes se atrasen en los pagos y lleguen a instancias judiciales con los organismos de recaudación, porque ni siendo magos van a lograr juntar más billetes para satisfacer al Estado.