Llama la atención cómo se muestra, una y otra vez, en los medios de comunicación del país los enfrentamientos entre mujeres, donde pareciera que compiten entre sí para mostrarse cada cual mas agresiva, y con la intención de degradar a otra de su mismo género.
La pregunta que me surgió al observar tan triste espectáculo es: ¿qué lectura hacer de este fenómeno?
La palabra “discordia” significa enfrentamiento o discrepancia que surge cuando no se logra un acuerdo respecto a un asunto, según el Diccionario de la Real Academia. Aborda el tema de la discordia entre mujeres la periodista y escritora sobre temas de espiritualidad femenina Susana Budapest, remontándose al mito de Eris o Eride, que es la personificación de la envidia, celos y odio entre humanos. Es conocida en la mitología griega como la diosa de la Discordia, la que desató la guerra de Troya.
¿Cómo se presenta en nuestra vida? Según afirma Budapest, hará acto de presencia cuando menos lo esperemos, en el momento en que estamos muy débiles, por lo general no se nota su presencia hasta que ya estemos envueltas en el conflicto.
Se manifiesta a través de cualquier mujer, especialmente por intermedio de las insatisfechas o de las que siempre están en contra de todo, tal vez, como reacción a un pasado de mucho servilismo.
Hay mujeres, dice Budapest, que parecen haber nacido para sembrar la discordia a su alrededor: eternamente en desacuerdo con todo y con todos, fomentando la rebelión y empujando a las demás a desobedecer las normas.
En conexión con la diosa de la Discordia están Las Furias, de la mitología griega, que son tres hermanas que se enojan fácilmente y tienen cambios de humor súbitos. Conocen toda la maldad y tienen carácter vengativo. Hoy día tejen los hilos del inconsciente y por lo general se dedican a sembrar descontento a su alrededor, desbaratan planes y modifican acontecimientos.
¿Qué hacer cuando nos encontremos con la Discordia? Explica Susana Budapest que hoy en día es fácil toparse con ella: donde haya más de tres mujeres es posible que esté. Hay que identificarla enseguida, acostumbrarse a su presencia, aprender cómo se comporta para poder desarmarla con sentido del humor, amor y mucha respiración tranquilizadora. Cuidado con echarla porque aparecerá otra peor y con mayor ¡fuerza!!
Colabora
Hilda Gonzalez Abogada. watsapp 3764-589195