Melissa Martínez García, de 34 años, fue secuestrada a finales de agosto por un grupo de hombres armados que interceptaron el vehículo en el que se desplazaba cerca a la caribeña ciudad de Santa Marta, capital del departamento de Magdalena, en el norte de Colombia, donde administraba una finca de producción de banano.
“En dos llamadas que han hecho pidieron cinco millones de dólares”, dijo a periodistas el director de la unidad de lucha contra el secuestro de la Policía Nacional, general Fernando Murillo. “De acuerdo a las circunstancias de los hechos, creemos que se trata de delincuencia común”.
El oficial ofreció una recompensa de 33.000 dólares por información que permita la ubicación y el rescate sana y salva de la rehén, nieta de Jaime García Márquez, uno de los hermanos del ganador del premio Nobel de Literatura en 1982, quien murió en abril de 2014 en Ciudad de México a los 87 años.
El secuestro ha sido un delito frecuente en Colombia en medio del conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado 260.000 muertos y ha sido utilizado como mecanismo de financiación y de presión política de grupos armados ilegales como la guerrilla izquierdista.
Sin embargo, grupos de delincuentes comunes también raptan personas a cambio de millonarios rescates en el país sudamericano que alcanzó a registrar hasta 3.000 casos de secuestros en la década de 1990.
En 2017 se reportaron 193 secuestros, según estadísticas del Ministerio de Defensa, informa 26 Noticias.