Burlas. Los alumnos suelen ser etiquetados con motes ofensivos, se les hacen bromas de manera constante para ridiculizarlos ante los demás y sufren conductas intimidatorias que a veces pueden pasar desapercibidas.
Aislamiento. Son niños y adolescentes que suelen estar solos, aislados y que nadie quiere estar con ellos ni en grupos de trabajo ni a nivel social. Suelen evitar involucrarse en actividades y nunca se ofrecen voluntarios.
Peleas no buscadas. Se reconoce esta situación porque se les pilla en una pelea sin haber dado señales de ser personas agresivas y porque se anticipa de antemano que no había posibilidad de que ganara dicha pelea.
Daños en su material escolar. Este suele aparecer deteriorado. También pueden excusarse a menudo de haberlo perdido, siendo en este caso muy pobres las excusas (intentos por evitar que se descubra que son acosados).
Sentimientos y pensamientos depresivos. Decaimiento, falta de motivación. En clase se suelen mostrar inseguros, poco atentos a las explicaciones, evitan hablar en voz alta, intentan pasar desapercibidos y cuando les toca participar se muestran ansiosos
Indicadores para padres
Lesiones físicas. Uno de los indicadores más llamativos son la aparición de arañazos o golpes con una explicación poco convincente, más aún si aparecen con cierta frecuencia.
Desorden y desaliño. Pueden llegar a casa con la ropa manchada, estropeada o dada de sí, también con el material escolar estropeado o perdido, así como metido en la mochila de manera muy atropellada (fruto de la rapidez para recogerlo de cualquier manera e irse).
Malestar a la víspera de las clases. El final del periodo de vacaciones, los domingos por la noche o los lunes por la mañana suelen ser momentos de abatimiento y tensión que puede manifestarse a través de problemas para comer, para dormir (pesadillas), nerviosismo o ponerse malo (dolor de estómago, de cabeza, garganta, etc.).
Meriendas abundantes y dinero extra. Pueden llevar comida de más para el recreo, o incluso dinero de sobra, todo para los agresores. Incluso, los almuerzos adaptados al gusto de estos porque así se lo exigen.
No hay relaciones fuera de clase. No suelen ser invitados a las fiestas de cumpleaños de los demás, no quedan ni participan en planes después del colegio y cuando hay algún evento o festival escolar no tienen compañía.
Infelicidad. Cuando creen que no se les mira parecen tristes y cansados.
Se los ve infelices aunque no se sepa por qué y, por más que se les pregunte lo niegan. Muchos padres están convencidos que si su hijo/a viviera una situación de acoso escolar se lo contaría, sin embargo, a pesar de la confianza que pueda haber entre padres e hijos, no siempre los niños/adolescentes se sienten capaces de verbalizar ese sufrimiento.
Para la próxima: SUFRO BULLYING, ¿CÓMO DEBO ACTUAR?
Colabora
Cecilia Castillo
facebook
Lic-Castillo-Cecilia-
España 2885- 4431867