Además burlándose de quienes pagamos los distintos servicios públicos que utilizamos, costos sumados a tasas e impuestos más lo necesario para nuestra alimentación que de por sí cada día va aumentando como todos sabemos.
A esto se suma la urgente necesidad de “una muestra de humildad y patriotismo” por parte de todos los que representan a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para que disminuyan su ingreso a un monto razonable y lógico en comparación principalmente a quienes ponen su esfuerzo físico para que se logren los resultados productivos y económicos.
Sin dejar de mencionar a los jubilados que sufren la disminución de sus ingresos al dejar la actividad que desarrollaban y deben afrontar gastos en alimentación, medicamentos y tratamientos necesarios.
Otro punto importante es la necesaria disminución de los aportes patronales y el blanqueo de las remuneraciones a través del cobro bancarizado, con prioridad de la mano de obra del ciudadano argentino regulando las horas de trabajo acorde a las tareas desarrolladas por el personal.
Control de los costos del traslado de todos los productos, dándole prioridad a los alimenticios y medicamentos; reactivar los ferrocarriles y fluviales como alternativas de menores costos.
Asegurar un cupo de los principales insumos alimenticios básicos (harina, azúcar, aceite, arroz, carnes, etc.) a un precio razonable y que ayude a estabilizar el índice de costo de vida.
Y es obvia la actualización del Código Penal justificada por los cambios que sufren las figuras delictivas y a lo que debe agregarse la aplicación irrestricta de las penas sin contemplaciones en caso de reincidencias.
Los ingresantes clandestinos que hábilmente usurpan tierras privadas y fiscales -respaldados y protegidos por ciertas personas vinculadas al mecanismo del “dejar hacer y no intervenir”, no son vistas por los responsables de los controles que deben realizarse como si eso fuera algo normal y común en nuestra sociedad.
Esto no se condice con aquél “plan de poblar el país” que está basado en otros conceptos que traen beneficios y no problemas.
A este lamentable cuadro de situación se suman quienes han perdido el dominio y poder que han tenido en tiempos pasados –llámense políticos o empresarios-, y acosan todo el tiempo a quien gobierna cuestionando y entorpeciendo todo lo que está a su alcance. Incluso buscando cómo “disparar al dólar” y así desestabilizar la economía que está en jaque con lo que sucede en el ámbito nacional e internacional, sabiendo que de éste último no podemos divorciarnos porque somos parte del mismo.
El terrible desencuentro existente en todos los niveles de nuestra sociedad no deja de ser ajeno a todo el malestar que sólo agrega “mala onda y pesimismo”, que afecta principalmente a los que no tienen capacidad de evitar esos signos negativos, y pierden las esperanzas de una vida mejor.
Una gran mayoría tiene puesto “el ojo” en el dinero y gasta hasta lo que no tiene para mostrar que puede hacerlo ante los demás, pero eso no lo ven y sólo están para reclamar permanentemente, sin argumentos válidos.
De una crisis se sale con sacrificio y voluntad. Entendamos que sumando se logran buenos resultados porque está en cada uno conseguir objetivos y no bajando los brazos entregándose al ocio o a los vicios.
Cada argentino debe ser consciente de mantener su identidad patriótica y defender a muerte su país, pero sin caer en mentiras y falsas promesas utilizadas por quienes buscan de vivir a costa del sacrificio de los demás. Y no olvidar el respeto y la convivencia ordenada en beneficio de todos.
Ernesto Doedderer
Posadas (Misiones)