Otros obispos cuyas “actuaciones están siendo analizadas, podrían también ser citados como imputados”, adelanta en una entrevista con la AFP en su oficina de la Fiscalía de Rancagua (80 kms al sur de Santiago), donde el próximo martes tomará declaración al cardenal Ezzati -jefe de la Iglesia católica chilena-, en calidad de imputado por encubrimiento de los abusos que la han sumido en la peor crisis de su historia.
En esa diligencia, el fiscal tendrá que determinar si Ezzati “cumplió o incumplió sus obligaciones” de proteger a las víctimas y hacer cumplir la normativa eclesiástica.
Sin embargo, a diferencia de los sacerdotes pederastas, ve poco probable que vaya a la cárcel, ya que la “prisión preventiva es la medida más gravosa del ordenamiento procesal antes de la condena” y se rige por el principio de la “proporcionalidad”. La “pena del encubridor es inferior en dos grados a (la del) delito cometido por el autor”, precisa.
La mayor parte de los documentos que le permitieron citar como imputado al cardenal fueron recabados en un allanamiento al Arzobispado de Santiago tras la negativa de la Iglesia a entregar a la justicia la documentación de las diligencias canónicas solicitadas, amparándose a menudo en el respeto a las víctimas.
“La Iglesia, lo que tenía que hacer es denunciar de inmediato.Su interés es que esto pare”, espeta antes de señalar que el hecho de “no tener obligación de denunciar no significa que les esté prohibido” hacerlo.
Hasta ahora, cinco obispos han renunciado a sus cargos y el sacerdote Oscar Muñoz -exmano derecha de Ezzati- está en prisión preventiva por el abuso de al menos siete menores.
La Fiscalía, en tanto, mantiene abierta 38 investigaciones por abuso sexual al interior de la Iglesia católica, de las que el fiscal Arias lleva 19.
Fuente: AFP / NA