Es contemplación absorta.
Es la mirada de su capacidad de estupor y asombro.
Porque la mirada está en grito y el quedarse muda; la atracción y la entrega.
Poesía es estar en compañía y sentirse solos.
Es una pupila detenida, es frontera, límite, nervio entre el mundo de adentro y el abismo de afuera.
Es el filo del ojo que une el día que te olvida y la noche que de ti se acuerda.
Es vidrio que corta, pero también puente que tiembla.
Es separación, pero también fusión.
Es fruto y nada.
Es secreto que se guarda y clarín que resuena.
Es mirar las ciudades dormidas en la lejanía.
Es donde la oscuridad azota y la luz relumbra y fulgura.
Es colocar piedra sobre piedra en su lugar exacto.
Es la huella de tus pies mojados saliendo de la ducha.
Es conciencia que vela y se crispa.
Poesía son las cosas como tú las dices y como yo las sueño.
Voz que calla.
Sinceramente: creo que un poema no son meras palabras sino actos inclinaciones profundas ante algo o alguien.
Por ejemplo, yo ahora con estas frases me acerco a ti de puntillas y te beso.
Humildemente, calladamente, cómo se puede rendir culto a algo muy sagrado, diciéndote sin pronunciar nada, ¡te amo! Y te cortaré en pedazos para hacer mi plato favorito.
Mamón árbol del melorí.
Colabora
Aurora Bitón
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