Son muchas las creencias e ideas irracionales que se esconden tras las actitudes misóginas y que van transmitiéndose en el contexto familiar y comunitario, consiguiendo un clima de discriminación y desigualdad.
La idea distorsionada de la que parte la misoginia es la de considerar a las mujeres como seres inferiores a los hombres. Una de las creencias principales que derivan de esta idea, es la de afirmar que las mujeres tienen un “lugar” o un “rol” determinado en la sociedad, por ejemplo, trabajando en una casa para su familia.
Otra idea misógina muy común es considerar a la mujer un objeto al servicio del hombre. Esto hace que una persona misógina reduzca a las mujeres a un concepto simplificado y demuestre actitudes diversas al respecto, como rechazar la amistad o el valor profesional de una mujer, así como valorarlas exclusivamente por su apariencia, de forma a veces pública y humillante.
La misoginia se nutre de muchas ideas distorsionadas sobre las personas por el simple hecho de nacer con un sexo u otro y se muestra en situaciones muy diferentes: desde aquellas tan comunes y poco violentas como motivar más a un chico que a una chica para estudiar ciertas carreras a otras muy violentas como el maltrato físico o psicológico hacia la mujer. Normalmente las personas misóginas niegan que lo sean y se autodefinen como sensatas y juiciosas, pero es en sus actos diarios cuando muestran lo que realmente son.
Las acciones cuyo trasfondo se ve marcado por creencias misóginas son muchas y persisten en la actualidad en muchos campos de nuestras vidas. Algunas de las actitudes más claras que suelen mostrar las personas misóginas en el día a día y que pueden servir para identificarlas son:
• Clasificar a las mujeres en función de dos categorías básicas: son las personas que ven a una mujer como “santa” – ”provocadora” o “fría” – “emocional” y tienden a tratarlas desde una supuesta posición de superioridad en función de la etiqueta que les otorgan, siempre que la mujer no se ajuste a las expectativas basadas en las categorías que las personas misóginas consideran correctas para una mujer.
• Controladores: los hombres misóginos suelen necesitar estar en control absoluto en las relaciones con mujeres. Ya sea económica, emocionalmente o incluso en cuestiones de relaciones sociales, los hombres misóginos tienden a tomar todas las decisiones por encima de las opiniones de las mujeres, a veces de forma indirecta, ridiculizándolas.
• Culpabilizar: las personas misóginas suelen culpar a las mujeres por todo lo malo que les ocurra, no sólo es sus relaciones, sino en sus vidas. Las parejas de este tipo de personas suelen pedir disculpas continuamente. Además, suelen culpar a las mujeres de toda aquella circunstancia negativa que, por causas sexistas, les ocurran a ellas mismas, ya que, según estas personas, ellas son las que han podido “provocar o manipular” las situaciones por defecto, habiendo dado pie a la tal situación.
• Ridiculizar: Las personas misóginas suelen tratar de ridiculizar y humillar a las mujeres con asiduidad, ya sea en contextos sociales, familiares o laborales. Cuando una mujer tiene ciertas opiniones o toma sus propias decisiones, puede encontrar este rechazo y denigración si tiene cerca a una persona misógina, que no tolerará que ésta pueda llegar a ser líder de ningún proyecto.
Las ideas misóginas tienen un fuerte impacto en la salud mental de las personas, ya que quienes tienen esta tendencia viven en una realidad distorsionada y más propensa a la violencia y sus relaciones de intimidad pueden ser problemáticas, así como su estabilidad emocional.
Uno de los efectos más peligrosos que tiene la misoginia en la salud mental de las mujeres es el de su interiorización, la llamada misoginia interiorizada. Este es un efecto que aparece especialmente en mujeres que han sido educadas o que se han rodeado de un ambiente en el que han aprendido que las ideas misóginas son ciertas y esto les provoca problemas psicológicos como el autorrechazo, los problemas con la propia imagen, los trastornos alimenticios o la propia autoculpabilización en casos de abuso o maltrato. La misoginia interiorizada también puede conseguir que las propias mujeres vean el mundo desde este prisma distorsionado y consideren a otras mujeres desde esta perspectiva de odio.
Sea cual sea la razón de la misoginia, sus consecuencias en la salud mental son devastadoras. Si crees que las actitudes misóginas de determinadas personas están afectando a tu día a día, o por el contrario, tienes creencias arraigadas que son fruto de una educación misógina y que pueden estar haciendo daño tanto a ti mismo como a otras personas, no dudes en buscar ayuda profesional para poder encontrar la estabilidad y vivir una vida plena, llena de respeto y en paz tanto contigo mismo como con quienes están a tu alrededor.